Desde este bonito y único rincón se quiere divulgar al mundo entero que Jerez además del patrimonio multi-cultural , turístico ó festivo conocido por casi todos, tiene un patrimonio arbóreo por desgracia desconocido para la mayoría de los ciudadanos de nuestra ciudad.
¿Quiere ayudarnos a descubrirlo.......?

domingo, 16 de marzo de 2025

Plantación de una Ceiba (Palo Borracho) donada por nuestra asociación al Club Nazaret

 El pasado martes 11 de marzo procedimos a la plantación en el Club Nazaret, de una CEIBA, comúnmente conocido este género de arboles como Palos Borrachos,  donada por nuestra asociación a dicho club. Este árbol procede de un imponente ejemplar que se encuentra en la Finca La Rústica, ubicada en la carretera de Arcos poco antes de entrar en la autovía y que su propietario nos regaló en el año 2021 cuando era muy pequeñita.

El Club Nazaret ha publicado este acto en su pagina de Facebook:

Nota en Facebook referente a la plantacion de la Ceiba en el Club Nazarez 

A continuación traemos un poema inspirado en este acto que esperamos guste a nuestros visitantes

Ceiba que naciste de una semilla perdida 

A la sombra de tu enorme progenitor

Germinando en un puñado de tierra a su alrededor 

Asomando unas tímidas hojas, anunciando una nueva vida

Y en nuestra visita a La Rústica nos fue ofrecida

Para cuidar de su crecimiento en sus primeros años

Mientras el pequeño retoño iba subiendo peldaños 

Sus espinas rodeando el tronco, se iban multiplicando

Las ramas y nuevas hojas cada año brotando

Culminando en el CN la plantación, para aumentar su tamaño.

Joaquin Caro

 Seguidamente algunas fotos de la plantación






























































domingo, 9 de marzo de 2025

Todo lo que las plantas hacen por tu cuerpo sin que lo sepas: "Es mejor para tu salud acariciar un ficus que un perro"

El articulo que reproducimos más abajo fue publicado en EL MUNDO el pasado 7 de Marzo y está firmado por Ricardo F. Colmenero y Carmen Casado

Esperamos que nuestros visitantes lo encuentren interesante.

 Tocar madera, inhalar coníferas y mirar hojas verdes: la profesora de Oxford Kathy Willis explora en 'Las bondades de la naturaleza' los 'milagros' terapéuticos en el cuerpo humano al interactuar con plantas

 Toque madera. No está claro que vaya a traerle buena suerte pero, al menos, se sentirá más tranquilo, o eso dice la ciencia. También si mira hojas verdes, o si contempla árboles algo dispersos. Un estudio en la Universidad de Chiba, en Japón, demostró que si ponían un jarrón de rosas en el escritorio de unos trabajadores, lograban bajarles las pulsaciones en cuatro minutos. Otro estudio de 1984, reveló que los pacientes operados de vesícula biliar se recuperaban más rápido, y pedían menos analgésicos, cuando podían ver árboles desde su ventana, que cuando tenían un muro. En otro experimento en guarderías finlandesas, observaron durante 28 días a tres grupos de niños jugando en grava, en alfombra de goma, y en tierra de un bosque boreal, y al finalizar, estos últimos, tenían un microbioma intestinal completamente nuevo, y habían reducido sus marcadores inflamatorios en sangre.

«Ocurren cambios en nuestro cuerpo cuando nuestros sentidos interactúan con la naturaleza, y además es una respuesta automática, no tenemos ningún control sobre ello», dice Kathy Willis, profesora de biodiversidad en Oxford, que era de esas que miraba de reojo a los «abraza árboles», y ahora va por ahí recetando enterrar las manos en la tierra y oler limoneros. «Antes pensaba, ‘esto es ciencia de pacotilla’, pero cuando investigué descubrí evidencias científicas. No es solo una sensación de bienestar, es un cambio real en el cuerpo. Cuando caminas por un bosque de pinos, y percibes ese fuerte olor a pino, esos compuestos entran en tu sangre. La naturaleza ha entrado en tu cuerpo y desencadena procesos bioquímicos similares a los de un medicamento con receta. Me parece fascinante».

La fascinación remató en un libro: Las bondades de la naturaleza: Una visión pionera sobre los secretos y las virtudes de las plantas (Salamandra Miradas)

-Lo primero que he hecho antes de entrevistarla es buscar en Google el país con más bosques, para ver quiénes eran los habitantes más sanos y calmados del mundo, y me ha salido Rusia.

-Bueno, puedes tener todos estos bosques, pero si nunca entras en ellos, no los ves, los hueles, los escuchas, los tocas y abrazas ese microbioma ambiental que tu cuerpo adopta al caminar por el bosque, pues no importa cuántos bosques tengas. Se ha investigado mucho sobre cómo las personas que tienen más espacios verdes a su alrededor son más saludables, pero deben interactuar con ese espacio.

-¿Y funciona para todos? No sé, Putin se va mucho a Siberia, y Trump vive en un campo de golf.

-Bueno, sí, funciona. Lo más importante es que cuando interactúas con la naturaleza sucede automáticamente, te guste o no. Pero sospecho que un campo de golf no es el mejor entorno, porque es solo césped. No tiene diferentes formas, diferentes olores, diferentes texturas. Y probablemente ese césped ha sido tratado con gran cantidad de fertilizantes. Así es que todo el microbioma ambiental que podríamos obtener de un entorno biodiverso no está allí.

Lo bueno de todo es que tampoco hace falta irse a vivir a Rusia. «Si estás confinado en casa, pero la llenas con plantas como cintas o, como tengo en mi escritorio aquí, una rosa que parece bastante marchita, sé que tenerla y mirarla ocasionalmente me hará sentirme más tranquila y bajará mi presión arterial. Los victorianos eran mucho mejores en esto que nosotros. Son cosas simples que todos podemos hacer sin necesidad de esperar a que un médico nos lo recete. Lo que pasa es que nunca pensamos en las plantas. Las vemos como algo agradable pero prescindible. No las consideramos necesarias. Sí, es bonito tener un perro. Es bonito acariciar un gato. Te relaja. No cuestiono eso. Pero obtienes muchos más beneficios para la salud al acariciar un ficus, o al tener una planta en tu escritorio y olerla, que con animales como un perro».

Los barrios de Londres con mayor densidad de árboles tienen menos prescripciones de antidepresivos, e incluso se ha calculado que aumentar la vegetación en ciertas ciudades podría ahorrar hasta 2.600 millones de libras (unos 3.000 millones de euros) del presupuesto de Sanidad.

-Por primera vez se ha ralentizado el crecimiento de la esperanza de vida en la Unión Europea. ¿Cree que tiene que ver con todo esto?

-Muchos de los beneficios que nos brindan las plantas están directamente relacionados con los problemas de salud por los que muchas personas mueren hoy en día, precisamente porque hemos eliminado la naturaleza de nuestro entorno. Alrededor del 80% de las muertes a nivel mundial se deben a enfermedades no transmisibles, causadas principalmente por el estrés, el cáncer, los accidentes cerebrovasculares... Todas provocadas porque vivimos en entornos altamente estresantes y sin nada que nos ayude a generar resiliencia. Se habla mucho de si el problema es el trigo, la comida ultraprocesada y cómo esto afecta a nuestro microbioma intestinal, pero puedes lograr cambios similares en tu microbioma interactuando con la naturaleza. Cambia nuestra sangre, nuestros procesos metabólicos y nuestras células T. Cuanto más construimos edificios sin vegetación, sin vistas a zonas verdes, nos están causando daño.

Los japoneses lo llaman darse un shinrin-yoku, y significa literalmente «sumergirse en la atmósfera del bosque con todos los sentidos». Uno de los hallazgos clave en la investigación de Willis es la recomendación de pasar al menos 120 minutos a la semana en la naturaleza: «Inhalar coníferas durante solo 90 segundos reduce la frecuencia cardíaca. El aroma de cipreses y enebros estimula las células asesinas naturales del sistema inmunológico, que ayudan a combatir virus y el cáncer».

Caminar durante quince minutos por un bosque, en comparación con un entorno urbano, provoca una reducción de hasta un 16% del cortisol, la principal hormona del estrés, en la saliva de los sujetos, junto con una significativa disminución de la frecuencia del pulso y la presión arterial. Y un marcado incremento de la actividad nerviosa parasimpática. También vale si uno, simplemente, permanece sentado en un entorno boscoso.

La teoría de la reducción del estrés, propuesta en los años 90 por el científico del comportamiento Roger Ulrich, sugiere que los humanos estamos biológicamente programados para responder positivamente a los paisajes naturales. Algunos científicos creen que esto se debe a un tema evolutivo, y que lo llevamos escrito en nuestro ADN. «He evitado discutirlo en porque hay tantos psicólogos evolutivos que lo defienden como los que lo rechazan. Para mí, probablemente haya algo en nuestros genes que nos capacita para esto. Cuando miramos un horizonte verde y abierto, probablemente haya algo en ello relacionado con nuestra historia en África, y la búsqueda de fuentes de alimento».

-Yo es que vivo cerca de la playa, en el mar Mediterráneo. ¿También vale?

-Hay toda una literatura sobre la percepción del color azul. El mar azul, el sonido del océano y su olor pueden desencadenar los mismos procesos. En el mar tienes un perfil de olores muy característico. Te aseguro que el aire que te rodea es increíblemente beneficioso para tu salud, está lleno de pinenos y limonenos. Las plantas cítricas, en particular, emiten unos perfiles aromáticos que, cuando entran en tu cuerpo, te aportan una gran cantidad de beneficios. Así es que, ¡sal a oler!

-Bueno, ahora tengo que oler este ordenador.

-No, no hagas eso.

domingo, 2 de marzo de 2025

Pando es el árbol más grande y longevo del mundo

 Hace ya algún tiempo que en la web de METEORED se publicó este curioso articulo firmado por Montse Hidalgo sobre el árbol mas longevo del mundo y que reproducimos a continuación.

Esperamos que su lectura resulte de interés para nuestros visitantes.


Entre 16.000 y 80.000 años de edad: Pando es el árbol más grande y longevo del mundo

Pando es el ejemplo más claro de la resiliencia de la naturaleza. Se trata de una especie única en el mundo que echa raíces en Estados Unidos. Anota todas sus peculiaridades, que no son pocas.

Pando
Vista panorámica de Pando, un organismo único en el mundo, que está ubicado en el Bosque Nacional Fishlake, en Utah (Estados Unidos).

Hoy viajamos hasta Utah, al oeste de Estados Unidos, donde se encuentra un bosque que desafía toda lógica. Lo que a simple vista parece un enorme conjunto de árboles individuales dispersos en la tierra resulta ser, en realidad, una única comunidad de álamos americanos conocido como Pando.

Lo curioso y genuino de este bosque y esta cantidad de árboles es que todos forman parte de un único organismo. Los 47.000 álamos son en realidad extensiones de una sola red de raíces, todas idénticas a nivel genético y conectadas en un organismo que late bajo tierra como si fuera un solo ser vivo.

Pando, un organismo clonal único en el mundo

Conocido en inglés como "The Trembling Giant", es decir "El gigante tembloroso", es en realidad un organismo clonal, lo que significa que todos los álamos visibles que componen el bosque provienen de un mismo sistema de raíces subterráneas y comparten el mismo material genético.

En lugar de reproducirse a través de semillas, este álamo se extiende de manera vegetativa: las raíces envían brotes que crecen como nuevos árboles, cada uno con un ADN idéntico al del resto.

El sistema de raíces que sostiene a Pando se extiende por más de 43 hectáreas y pesa aproximadamente 6.000 toneladas, lo que lo convierte en el ser vivo más pesado del planeta. Pando es también un testamento de la longevidad y adaptabilidad de la naturaleza: aunque algunos árboles individuales del bosque solo tienen unas pocas décadas de vida, el organismo en sí podría haber estado prosperando durante decenas de miles de años.

La edad de Pando, un enigma milenario

Determinar la verdadera edad de Pando es un reto. Aunque los árboles individuales que componen el bosque no suelen superar los 130 años, el sistema de raíces ha estado generando nuevos brotes desde hace miles de años, renovándose continuamente.

Algunos científicos estiman que Pando tiene alrededor de 16.000 años, lo cual es, como poco, impactante. Sin embargo, otros estudiosos consideran que podría haber comenzado a crecer hace hasta 80.000 años, lo que lo convertiría en uno de los organismos más antiguos del planeta.

La longevidad de Pando se debe a su reproducción asexual y su capacidad de regeneración.

Al no depender de polinización ni semillas, este organismo ha sobrevivido a cambios climáticos, incendios y otras amenazas naturales. Y es que el sistema de raíces que contiene se mantiene en constante expansión, lo que le permite resistir condiciones complicadas. Sin embargo, actualmente se enfrenta a nuevos riesgos por la intervención humana.

Desafíos para la supervivencia de esta especie

Pese a su extraordinaria resistencia a lo largo de milenios, el futuro de Pando se encuentra en una posición vulnerable. La acción del hombre, la introducción de especies invasoras y el cambio climático están amenazando la estabilidad de este organismo único.

El pastoreo de ciervos y ganado en el área es uno de los problemas más graves, ya que estos animales se alimentan de los brotes jóvenes de álamos, lo que impide que Pando continúe expandiéndose y regenerándose como lo ha hecho durante miles de años.

Para proteger a Pando, los investigadores han implementado diversas medidas, como la instalación de cercas que limitan el acceso de los ciervos a las áreas donde surgen los nuevos brotes, y siguen estudiando el suelo y el manejo forestal adecuado. Sin embargo, los resultados han sido limitados, y algunos expertos temen que sin una intervención más drástica, la capacidad de regeneración de Pando podría verse afectada.

jueves, 20 de febrero de 2025

Con tantas iridáceas bonitas, ¿quién necesita tener orquídeas?

 El pasado 19 de Enero, el diario EL PAIS, publicó en su sección "CUADERNO DEL JARDINERO" el articulo sobre las iridáceas firmado por Eduardo Barba que a continuación reproducimos.

Esperamos que nuestros visitantes lo encuentren interesante.

Hay plantas que se asemejan a las orquidáceas por los colores y formas de sus flores y su toque exótico. Lirios, tigridias y ‘Geissorhiza radians’ son algunas de ellas, pero las que se lleva la palma como las más parecidas son las del género ‘Neomarica’

Tigridia pavonina
'Tigridia pavonina' es una especie cuyas flores recuerdan a las de ciertas orquídeas tropicales.Simon McGill (Getty Images)


Las orquídeas (familia orquidáceas) ejercen tal fascinación que cualquier planta que tenga unas flores parecidas a ellas ya se gana el corazón de quien la contempla. Lo habitual es que esta similitud floral tenga varios puntos de coincidencia con las mencionadas orquídeas, a saber: más de un color en la misma flor, pétalos muy vistosos, con formas extrañas o patrones tonales diferentes en cada pétalo, lo que incluye punteados, manchas orgánicas, degradados…. En general, se podría decir que sería todo aquello que aporte un toque algo exótico a la flor que recuerde de manera subjetiva a los trópicos, lugares pródigos en orquídeas y su belleza sin par.
Dentro de la honrosa condecoración de “tener flores parecidas a las orquídeas” hay una familia que tiene bastantes miembros dentro de esta clasificación arbitraria y meramente estética, que no genética. Se trata de la familia de las iridáceas, cuya planta bandera podría ser el lirio (Iris spp.). De hecho, justo en estos días fríos de invierno florece de forma desatada el iris de Argelia (Iris unguicularis), una planta mediterránea con flores bajas, sumergidas entre sus hojas, como si no quisieran exponerse a las heladas nocturnas para no escarcharse más de la cuenta. Sus tépalos tienen ese recuerdo a las orquídeas, con rayas moradas sobre una cama de tonos amarillos, blancos y lilas.
Otro de los representantes de esta familia de las iridáceas con recuerdos a orquídea es el género Tigridia, unas plantas bulbosas americanas con tépalos coloridos y llenos de pequeñas manchas que generan un diseño hipnótico, como ocurre con Tigridia pavonina. Si se observan las distintas especies de tigridias, dan ganas de cultivarlas todas para quedarse ensimismado con sus patrones tonales.

'Neomarica coerulea' es considerada una orquídea de pobre, por su patrón floral tan similar a estas otras plantas.'Neomarica coerulea' es considerada una orquídea de pobre, por su patrón floral tan similar a estas otras plantas.
WAGNER CAMPELO (GETTY IMAGES)

Estas plantas tienen una curiosa reproducción por la cual la propia planta madre genera nuevas plántulas en la vara floral. Esta, después de que la flor se marchite, genera un hijuelo en la punta. Al doblar este tallo, y tocar el suelo, el retoño enraíza con facilidad. De esta forma, un solo ejemplar puede acabar copando un amplio espacio, con toda su prole de idéntica genética a la planta madre. Por este curioso método reproductivo asexual a la Neomarica se le nombra lirio caminante o andariego, ya que, en cierta medida, es capaz de desplazarse, aunque sea a base de estos hijos exploradores. Otro de sus nombres vernáculos es el de planta apóstol,porque se cuenta que necesita tener 12 hojas para florecer.

Donde los apelativos se enrevesan un poco más es en el nombre científico, porque, si bien hasta estas líneas se ha nombrado el género como Neomarica, habría que puntualizar que ha pasado a denominarse como Trimezia, nombre con el que todavía no es muy conocida en el ámbito jardinero. Así, una de las especies más cultivadas, Neomarica coerulea, ahora se denomina apropiadamente Trimezia coerulea. Es una de las más extendidas en cultivo, junto con Neomarica northiana (Trimezia northiana). Esta reclasificación es algo habitual en las continuas revisiones taxonómicas que se realizan con todos los seres vivos de este planeta. Estas plantas nativas de Brasil y de Paraguay, de hojas esbeltas y elegantes de hasta un metro y medio de longitud, disfrutan de una luminosidad alta, con algo de sol directo al menos durante unas horas, aunque también puede vegetar apropiadamente con menos o ninguna insolación. Para asegurar su crecimiento lo más conveniente es un suelo rico en materia orgánica y arenoso, con un drenaje óptimo.

 

Entre tantas iridáceas, ¿quién necesita tener orquídeas? Aunque lo ideal es cultivar ambas familias, para poder comparar en casa la belleza de unas y de otras.