El pasado 18 de julio, hicimos una visita al Vivero Municipal de El Portal, para comprobar el estado actual del mismo. Antes de la pandemia ya habíamos ido un par de veces, y hemos podido constatar que va de mal a peor.
Sigue en
estado de abandono, donde hay mucha variedad arbórea que crece de forma salvaje, y no se aprovecha este espacio en absoluto.
Árboles que podrían servir para rellenar otros espacios públicos, si tuviesen un mínimo de cuidados y mantenimiento.
Recientemente ha vuelto a sufrir otro incendio,
habiendo basura abandonada, desechos desperdigados por las distintas calles
entre la zona arbolada, troncos de palmeras taladas por el picudo amontonadas,
así como partes que forman una auténtica selva donde no es posible acceder.
A pesar del
reducido espacio de este vivero, se conservan aquí mucha variedad arbórea, que
podrían servir para cubrir gran cantidad de alcorques vacíos en las calles
de nuestra ciudad.
Vamos a ir enumerando las distintas especies que podemos encontrar, comenzando por tipuanas y jacarandas, así como una pequeña alineación de cupressus sempervirens en su variedad piramidal. Dentro de la variedad de palmeras, tenemos canarias, datileras, washingtonias robustas y filíferas, phoenix reclinata, trachycarpus y trachycarpus fortunei.
Los
distintos caminos del vivero, nos llevan a grupos concentrados de diversas
familias, donde se pueden escoger los mejores ejemplares para su trasplante,
como almeces, naranjos, jaboneros chinos, paniculata y bipinnata
o brachychiton populneus y acerifolius.
Luego hay
otros ejemplares más dispersos, como olivos, acebuches, algarrobos, aligustres
japónicos y matizados, ombúes, olmos, quejigos, encinas, callistemon,
castaño de indias rojo, moreras, tamarix, etc.
De pináceas,
hay pinos carrascos, algún piñonero y casuarinas. Aunque se habrán quedado
muchos ejemplares por enumerar, dejamos para el final ejemplares de Carya
illinoensis, escasos en nuestra localidad y que aquí tienen varios
ejemplares.
El último
incendio se ha dado sobre todo en la zona de palmeras, y a pesar de estar los
troncos quemados, parece que no les ha afectado mucho y van a sobrevivir
bastantes de ellas.
Este vivero,
con los debidos cuidados y mantenimiento, podría adaptarse como un espacio
recreativo, y colocar distintos merenderos para pasar ratos de ocio familiar,
aprovechando la sombra que procura el arbolado. Todo es cuestión de una buena
planificación, interés y presupuesto adecuado, para conseguir algún
rendimiento productivo en este espacio prácticamente abandonado.