Este es uno de los parajes más bonitos de la provincia de Cádiz, no tiene dificultad para recorrerlo y se puede hacer en cualquier estación del año aunque en primavera resulta aún más vistoso. Es un lugar que todo amante de la naturaleza de nuestra zona debería conocer.
A continuación publicamos la crónica de Joaquín Caro de esta excursión que esperamos resulte interesante para nuestros visitantes.
Martes 11 de
Mayo de 2021. Nos hemos reunido 4 compañeros para hacer la Ruta del Sendero
Torre del Tajo, junto a los acantilados de Barbate. Pasadas las 9 de la mañana,
salimos hacia Barbate y paramos a desayunar en la Venta Pinto, donde adquirimos
sus famosos bocadillos de lomo en manteca para degustar en el almuerzo. Antes
de la Ruta, nos desplazamos a un comercio junto al muelle, para comprar
variedades de atún en conserva. Con tanto entretenimiento, comenzamos la ruta
un poco tarde, sobre las 12 de la mañana, aunque parecía que iba a dar tiempo
de sobra, dado que el recorrido era de unos 2 kilómetros. Tras la lectura del
cartel indicador, comenzamos el recorrido por las arenas, parcialmente
cubiertas de las acículas marrones de los pinos, y bajo un cielo azul de
primavera, salpicado de nubes blancas, las sombras de las copas de los Pinus
pinea, nos procuraban descansos intermitentes de los rayos solares.
Desde el
comienzo del recorrido, asomaban entre la hierba distintas variedades de flores
y plantas que proliferan en este hábitat arenoso, destacando la Centaurea
sphaerocephala, de colores púrpura y rosa fucsia, con flores tubulares
y extremos abiertos en radiales, asomando los espinosos frutos en algunos
ejemplares, como erizos de mar con las púas de color amarillento.
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Centaurea sphaerocephala |
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Centaurea sphaerocephala |
De tonos
púrpura, la Malcomia littorea, también llamado Alhelí de mar,
con la unión de sus pétalos formando una aureola blanca y amarilla.
Contrastando, los bonitos capítulos amarillos de la Andryala laxiflora,
algunas inundadas de pulgones rojos.
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Alhelí de mar (Malcolmia littorea) |
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Andryala laxiflora |
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Andryala laxiflora |
Entre los
jóvenes pinos piñoneros, alicatados con informales placas de color marrón
rojizo, algún ejemplar de enebro marítimo (Juniperus oxycedrus subsp.
macrocarpa), así como lentiscos, palmitos y sabinas, o esporádicos
acebuches.
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Enebro marítimo (Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa) |
Las cabezas
rosadas de las centaureas, se abren paso entre las coscojas, como si buscaran
protección entre sus punzantes hojas verdes. Otra Asteraceae destaca
sobre la mezcla de arena y hierba verde o seca, y hablamos de los capítulos
amarillos de bordes dentados de la Tolpis barbata, cuya parte
central forma un círculo rojizo oscuro, que parece tiznar los bordes inferiores
de las lígulas. Los insectos se pasean a libre albedrío entre la variedad
vegetal, buscando alimento e interrumpiendo el cromatismo de las distintas flores.
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Centaureas entre las coscojas |
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Tolpis barbata |
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A. Laxiflora |
Los
incipientes frutos de la jara (Cistus salviifolius), asoman entre
las peludas hojas, como pequeños bonetes rojos, que se van tornando más oscuros
en su madurez.
A pesar de
ser corto el recorrido, nuestras constantes entradas y salidas del camino, para
fotografiar las distintas especies que crecen a ambos lados del sendero, iban
retrasando la llegada a la Torre del Tajo. La temperatura era agradable, y el
frescor primaveral permitía conservar puestas las cazadoras invernales.
Seguimos
localizando plantas, algunas conocidas de otras rutas, como la cola de liebre (Lagurus
ovatus), con delgados tallos y panículas ovaladas, cubiertas de sedosas
espiguillas.
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Cola de liebre (Lagurus ovatus) |
Cercana la
media hora desde el comienzo, fueron apareciendo las masas florales
predominantes en este pinar, de color amarillo intenso, con nombre complicado
de retener: Halimium halimifolium. Dentro de sus pétalos hemos
encontrado dos variedades: unas con un lunar negro en la base de los mismos y
las otras con los cinco pétalos completamente amarillos.
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Halimium halimifolium |
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Halimium halimifolium |
El sendero
se estrechaba a veces, pues plantas y flores cubrían las arenas, como la
Lavandula stoechas, muy conocida en diferentes parajes, o familias
completas de Pterocephalus intermedius, que no recuerdo haberlas
visto anteriormente, con pétalos azulados, más próximos al morado, y la parte
central de la flor está cubierta de celdillas, rellenas como una cesta de
pequeños huevos.
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Lavanda (Lavandula stoechas) |
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Pterocephalus intermedius |
Algunos
ejemplares de pinos, alzaban sus copas por encima de la media, protagonizando
en exclusiva el fondo de cielo y nubes, antes de abrir huecos a nuestra
izquierda, donde podíamos ver el mar, apareciendo grupos de Retama
monosperma, de cuyas ramas colgaban esféricos frutos de tonos pardo
amarillentos.
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Retama monosperma |
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Retama monosperma |
Los acercamientos a la zona acantilada para tomar fotos,
implicaba nuevas plantas, más próximas a la línea de mar. Recostadas entre
ramas caídas o emergiendo como pequeños faros sobre el océano azul, las rosadas
flores con blanco-amarillento paladar del Antirrhinum majus subs.
cirrhigerum, colorean el paisaje, acompañando a otras que se repiten y
se mezclan entre sí, conviviendo en pequeños espacios algunas, como la Centaurea
sphaerocephala, la Psorolea bituminosa, las rugosas hojas
de los cistus, o la espinosa Carlina corymbosa.
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Antirrhinum majus subs. cirrhigerum |
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Antirrhinum majus subs. cirrhigerum
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H. halimifolium |
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Fruto de la C. sphaerocephala |
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Centaurea sphaerocephala y la Psorolea bituminosa (flores celestes)
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En
otro marco próximo, trazos de azul, rosado y amarillo, lo representan la Anagallis
monelli, y la Andryala laxiflora, protegidas por las
espinas del fruto de la Centaurea.
Aún no
estábamos ni a la mitad del recorrido, y seguíamos entretenidos en la captura
de objetivos florales, pues el clima y el entorno lo permitían. Así que
continuamos entre pinares, procurando que la mayoría de la
vegetación no pasara desapercibida, por muy pequeña que fuese.
Otra planta
de puntiagudas espinas, se dejaba ver con el fondo marino, la Calicotome
villosa, con algunas flores amarillas entre sus ramas. Cercana a la
arena, delicados tallos de Briza máxima, con sus espiguillas colgantes,
como cochinillas verdes balanceándose a capricho del viento. Entre las
punzantes hojas del Quercus coccifera, despuntaban algunas
diminutas bellotas como pajarillos al salir del cascarón, contemplando el
blanco sedoso de los pétalos de los Cistus salviifolius, cuajados
de estambres amarillos, que crean un halo del mismo color en la base de unión,
alrededor del estigma.
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Calicotome villosa |
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Briza máxima |
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Quercus coccifera |
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Jaras (Cistus salviifolius) |
Conjuntos de
Armeria macrophylla, con largos tallos terminados en flores
rosadas, agrupadas en capítulos, las cuales están envueltas en una especie de
cestilla blanca, que queda en la planta cuando la flor se cae. Todos estos
grupos de plantas, se intercalan entre la mayoría de especies nombradas,
consiguiendo en algunos espacios, un variado plano multicolor, que adorna el
área entre los marrones troncos de los pinos piñoneros.
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Armeria macrophylla |
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Armeria macrophylla |
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Armeria macrophylla |
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Armeria macrophylla |
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Armeria macrophylla |
Nuevas
curiosidades vegetales, aunque no exclusivas de este enclave, es la Paronychia
argentea, de tallos marrones y hojas verdes elípticas y opuestas, con
flores de tonos blancos, plateados y sensación de acristalados, combinados con
verde y amarillo en su parte central. Esta cohabitación improvisada, origina
encuadres sobre las arenas donde convergen los troncos del pino, con la
Centaurea, la Andryala y la Paronychia, en mitad del sendero.
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Paronychia argentea
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Centaurea |
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Andryala |
Nuestro
lento deambular, nos iba a llevar en breve a un nuevo entretenimiento. Pero
antes, mencionar otro par de plantas, para recordar sus nombres, de otras
rutas. Hablamos de la Thapsia villosa, inflorescencia dispuesta
en umbela, de forma esférica, con una principal, de la que parten otras más
pequeñas en forma de radios. Sus flores son amarillas, con 5 pétalos y 5
estambres. Mencionamos también a la Ruta angustifolia, planta
perenne con inflorescencias en panículas, de pétalos amarillos. |
Thapsia villosa |
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Thapsia villosa |
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Ruta angustifolia |
Tras avanzar
un tramo del sendero, más estrecho y rodeado de espesa vegetación, donde
seguían proliferando flores y plantas, como la Tolpis barbata o
las Lavandulas, alcanzamos un espacio más abierto, en el que se
divisaban numerosos puntos azulados que llamaban la atención.
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Lavanda (Lavandulas) |
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Lavanda (Lavandulas) |
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Tolpis barbata (amarilla) |
Al acercarnos,
pudimos comprobar que se trataba del Iris xiphium (lirio
español), muy esparcido en ambos lados del sendero. Esta planta de grandes
flores azul violeta, son tripartitas, algo plateadas en el haz, y asoma una
banda amarilla en forma de lengua. Resultaron ser la flor estrella del sendero,
dado que, los pocos transeúntes con los que nos cruzamos, aprovecharon para
sacar fotos junto a ellos, pues la belleza de sus pétalos lo merecía.
Solo
encontramos uno de color blanco, apostado en el mismo sendero, el Iris
xiphium hipocromático, de pétalos blancos con la misma lengua amarilla.
Al menos hoy, respetaron su ubicación, pues a la vuelta del camino seguía en su
sitio.
Tras pasar un buen rato entre lirios, avanzamos por el sendero,
intentando captar con los objetivos las flores más vistosas que destacaban
entre la hierba o la hojarasca. Entre Tolpis y Andryalas, resaltaba la
curiosa forma de simetría en que se colocan los blancos pétalos de la Iberis
crenata, actinomorfa en el centro y zigomorfa en los extremos, con
estambres amarillos y la parte central de la flor de color púrpura. A media
altura, umbelas de flores blancas de zanahorias silvestres (Daucus carota
subs. carota).
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Iberis crenata, más al fondo tolpis y andryalas (amarillas) |
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Daucus carota subs. carota |
Nuestro
transitar nos iba acercando a la Torre y el sendero era más ancho en los tramos
finales. Comenzamos a ver muchas agrupaciones de subarbustos, con multitud de
ramas cubiertas de flores amarillas, llamados Anthyllis cytisoides.
Son plantas que toleran muy bien la sequía, pero no tanto las heladas. De ahí
su cercanía a zonas costeras.
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Anthyllis cytisoides |
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Ruta angustifolia |
Pasadas las
14 horas llegamos por fin al final del sendero, el Mirador de la Torre del
Tajo, y allí nos esperaba otro magnífico espectáculo paisajístico: Los
acantilados.
Nos fuimos
moviendo a lo largo de la valla protectora, para poder contemplar en toda su
extensión, los diferentes espacios que recorren de Norte a Sur las azules aguas
del Océano Atlántico, como Barbate y su ensenada, la Atunara, el cabo de
Gracia, la Sierra del Retín, Zahara de los Atunes, Sierra Plata y Punta
Camarinal.
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Punta Camarinal |
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Cabo Espartel (Africa) |
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Barbate |
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Almadraba de Barbate |
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Barbate |
Estos
acantilados están formados por estratos calcoareníticos, alternando con margas y
arenosos, alcanzando el escarpe una altura aproximada de 100 metros. A esa
distancia, el corte de los acantilados, el azul transparente del mar, y el
blanco espumante en su contacto con las rocas, ofrecen un ostentoso
espectáculo, que deja libertad a la imaginación, pudiendo considerar que
tenemos delante un gran trozo de tarta, compuesta de multitud de capas, y
adornada de variedades de frutas, como la variada vegetación adosada a estas
paredes verticales. De vez en cuando algunas aves surcaban el espacio,
provenientes de los numerosos salientes y oquedades que dan cobijo a distintas
especies, que sirven de aterrizaje y despegue en este bonito rincón de la
naturaleza.
Los
alrededores del mirador, está casi monopolizado por la Anthyllis
cytisoides, combinando su floración amarilla con el verde de los pinos,
y algunos ejemplares de Juniperus oxycedrus.
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Anthyllis cytisoides |
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Anthyllis cytisoides |
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Enebro (Juniperus oxycedrus) |
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Enebro (Juniperus oxycedrus) |
Regresamos a
la zona de aparcamiento, y nos dirigimos a un merendero cercano para dar cuenta
de nuestro almuerzo, a la sombra de altivos Pinus pinea, con elevadas y
ramificadas ramas, formando con el fondo de cielo azul, un completo entramado
de venas capilares, que se cruzan con las copas de los pinos más cercanos.
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Pino piñonero (Pinus pinea) |
Entre estos
pinares, algún destacado ejemplar de Olea europaea var. sylvestris,
completaba este espacio de ocio y recreo.
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Olivo (Olea europaea var. sylvestris) |
Para
aprovechar el resto de la tarde, nos dirigimos a los Caños de Meca, paseando
por la playa y sacando algunas fotos del Faro de
Trafalgar, que en ese horario destacaba sombreado sobre el montículo, sobre un
mar algo alborotado y plateado por efecto del viento y de los rayos solares.
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Tómbolo y Faro de Trafalgar |