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jueves, 20 de febrero de 2025

Con tantas iridáceas bonitas, ¿quién necesita tener orquídeas?

 El pasado 19 de Enero, el diario EL PAIS, publicó en su sección "CUADERNO DEL JARDINERO" el articulo sobre las iridáceas firmado por Eduardo Barba que a continuación reproducimos.

Esperamos que nuestros visitantes lo encuentren interesante.

Hay plantas que se asemejan a las orquidáceas por los colores y formas de sus flores y su toque exótico. Lirios, tigridias y ‘Geissorhiza radians’ son algunas de ellas, pero las que se lleva la palma como las más parecidas son las del género ‘Neomarica’

Tigridia pavonina
'Tigridia pavonina' es una especie cuyas flores recuerdan a las de ciertas orquídeas tropicales.Simon McGill (Getty Images)


Las orquídeas (familia orquidáceas) ejercen tal fascinación que cualquier planta que tenga unas flores parecidas a ellas ya se gana el corazón de quien la contempla. Lo habitual es que esta similitud floral tenga varios puntos de coincidencia con las mencionadas orquídeas, a saber: más de un color en la misma flor, pétalos muy vistosos, con formas extrañas o patrones tonales diferentes en cada pétalo, lo que incluye punteados, manchas orgánicas, degradados…. En general, se podría decir que sería todo aquello que aporte un toque algo exótico a la flor que recuerde de manera subjetiva a los trópicos, lugares pródigos en orquídeas y su belleza sin par.
Dentro de la honrosa condecoración de “tener flores parecidas a las orquídeas” hay una familia que tiene bastantes miembros dentro de esta clasificación arbitraria y meramente estética, que no genética. Se trata de la familia de las iridáceas, cuya planta bandera podría ser el lirio (Iris spp.). De hecho, justo en estos días fríos de invierno florece de forma desatada el iris de Argelia (Iris unguicularis), una planta mediterránea con flores bajas, sumergidas entre sus hojas, como si no quisieran exponerse a las heladas nocturnas para no escarcharse más de la cuenta. Sus tépalos tienen ese recuerdo a las orquídeas, con rayas moradas sobre una cama de tonos amarillos, blancos y lilas.
Otro de los representantes de esta familia de las iridáceas con recuerdos a orquídea es el género Tigridia, unas plantas bulbosas americanas con tépalos coloridos y llenos de pequeñas manchas que generan un diseño hipnótico, como ocurre con Tigridia pavonina. Si se observan las distintas especies de tigridias, dan ganas de cultivarlas todas para quedarse ensimismado con sus patrones tonales.

'Neomarica coerulea' es considerada una orquídea de pobre, por su patrón floral tan similar a estas otras plantas.'Neomarica coerulea' es considerada una orquídea de pobre, por su patrón floral tan similar a estas otras plantas.
WAGNER CAMPELO (GETTY IMAGES)

Estas plantas tienen una curiosa reproducción por la cual la propia planta madre genera nuevas plántulas en la vara floral. Esta, después de que la flor se marchite, genera un hijuelo en la punta. Al doblar este tallo, y tocar el suelo, el retoño enraíza con facilidad. De esta forma, un solo ejemplar puede acabar copando un amplio espacio, con toda su prole de idéntica genética a la planta madre. Por este curioso método reproductivo asexual a la Neomarica se le nombra lirio caminante o andariego, ya que, en cierta medida, es capaz de desplazarse, aunque sea a base de estos hijos exploradores. Otro de sus nombres vernáculos es el de planta apóstol,porque se cuenta que necesita tener 12 hojas para florecer.

Donde los apelativos se enrevesan un poco más es en el nombre científico, porque, si bien hasta estas líneas se ha nombrado el género como Neomarica, habría que puntualizar que ha pasado a denominarse como Trimezia, nombre con el que todavía no es muy conocida en el ámbito jardinero. Así, una de las especies más cultivadas, Neomarica coerulea, ahora se denomina apropiadamente Trimezia coerulea. Es una de las más extendidas en cultivo, junto con Neomarica northiana (Trimezia northiana). Esta reclasificación es algo habitual en las continuas revisiones taxonómicas que se realizan con todos los seres vivos de este planeta. Estas plantas nativas de Brasil y de Paraguay, de hojas esbeltas y elegantes de hasta un metro y medio de longitud, disfrutan de una luminosidad alta, con algo de sol directo al menos durante unas horas, aunque también puede vegetar apropiadamente con menos o ninguna insolación. Para asegurar su crecimiento lo más conveniente es un suelo rico en materia orgánica y arenoso, con un drenaje óptimo.

 

Entre tantas iridáceas, ¿quién necesita tener orquídeas? Aunque lo ideal es cultivar ambas familias, para poder comparar en casa la belleza de unas y de otras.