Desde este bonito y único rincón se quiere divulgar al mundo entero que Jerez además del patrimonio multi-cultural , turístico ó festivo conocido por casi todos, tiene un patrimonio arbóreo por desgracia desconocido para la mayoría de los ciudadanos de nuestra ciudad.
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domingo, 15 de agosto de 2021

De San Agustín a San Telmo

 

Esta ruta va a recorrer uno de los barrios más significativos de nuestra ciudad, el barrio de San Miguel por lo que esperamos sea interesante para nuestros visitantes.


 

Comenzaremos nuestro recorrido desde la fuente de la calle Puerto, fijándonos en el supuesto Jardín Colgante, sobre el muro que une las calles Juan Sánchez y Agustinos, y que a día de hoy, dado el estado en que se encuentran las pocas plantas que allí sobreviven, se ha quedado sólo en proyecto. Esperemos que el Ayuntamiento retome la dotación de plantas y colorido, a este rincón frente a las murallas del Alcázar. 

Esta foto se tomó hace ya tiempo, actualmente este jardín vertical esta deteriorado sin mantenimiento



Pasamos a la construcción contigua, cuyo origen fue el Convento de San Agustín, del s. XVII, que con la desamortización del s. XIX, el edificio se convirtió en cuartel de la Guardia Civil. Aunque el templo siguió abierto, acabó arruinado. Se derrumbó en 1919, y ese lugar lo ocupó el Cine San Agustín, y posteriormente un alto edificio de viviendas, construido para funcionarios de Hacienda, pero los claustros fueron destinados al cuartel. Actualmente, y tras una agresiva reforma, se ha rehabilitado por la Delegación Municipal de Urbanismo, y convertido en el Centro de Negocios Convento San Agustín. Así, este equipamiento es una realidad gracias a un acuerdo firmado en septiembre de 2012 entre el Ministerio de Hacienda, la Zona Franca de Cádiz y el Ayuntamiento de la ciudad, para rehabilitar el antiguo convento de San Agustín.


















Antes de llegar a San Miguel, paramos en la rotonda de calle San Agustín, que aunque pequeña, tiene alguna diversidad de plantas, gozando de épocas de colorido. Con 3 Jacarandas equidistantes, rodeadas de rosales sevillanos y un círculo de Aloes saponaria, destaca en su parte central un conjunto de Strelitzia nicolai, que abrazan a una palmera datilera, la cual está prácticamente sin vida por falta de riego, pues la poca agua que recibe la rotonda, es acaparada por la Strelitzia. También había un pequeño seto de Eugenias, pero se ha ido perdiendo con el tráfico rodado. 












El arrabal de San Miguel es uno de los dos principales extramuros. La calle inclinada, que comienza con una alineación de 9 naranjos, nos lleva a la iglesia con su mismo nombre. Calle por la que corría el alpechín, hasta llegar a la plaza del Arenal, por los molinos de aceite que existían en algunas casas de la zona, hasta que fue prohibido. De ahí que encontremos calles como Molineros, Molino de viento, etc.

















Nos situamos en la plaza de San Miguel, con el templo catedralicio que se empezó a levantar en el siglo XV, ya que la ermita era muy pequeña, y el arrabal ya había crecido mucho, tras la caída del imperio Nazarí. El arzobispo de Sevilla se encargó de levantar esta iglesia, de estilo barroco en su fachada principal y la del Sagrario, siendo góticas las del Evangelio y la Epístola, así como su interior, donde participaron los mejores canteros de la época, los mismos que trabajaban en Sevilla. Vale la pena nombrar a Martínez Montañés, Diego de Riaño, Martín de Gainza, Andrés de Ribera, José de Arce y Hernán Ruiz el Joven.












Impresionantes columnas góticas en el crucero, y cerramiento con bóvedas de estilo renacentista, que la hacen singular. Una construcción histórica que terminó en el siglo XVIII y una posterior rehabilitación en el siglo XIX por José Esteve, recuperando parte de lo que se había destruido por el tiempo y por encalar la iglesia a causa de la epidemia de peste que asoló la ciudad.












Este barrio, grande en extensión, por los años 60 se dividió en dos: uno perteneció a San Miguel y el otro a Los Descalzos, pasando este último a la parroquia de Madre de Dios en Puertas del Sol. 

 

Nuestro visitante puede hacer un recorrido fotográfico por este templo pinchando en el enlace siguiente:


Iglesia de San Miguel



ALREDEDORES DE SAN MIGUEL 

 

En la misma plaza, con varios naranjos repartidos por las aceras, hay una casa perteneciente a la iglesia, como se puede apreciar en la fachada, donde aparece la cruz alada, símbolo de San Miguel. De esta plaza, salen o convergen varias calles, como Santa Clara,  famosa por sus corrales.



















Calle Barja, también con naranjos alineados, empieza con el Convento de San José del siglo XVI, donde están las Franciscanas descalzas (clarisas). Con una fachada sencilla, al entrar nos encontramos con un patio silencioso y lleno de paz, donde lo único que lo perturba es el olor a los exquisitos dulces que hacen las hermanas que lo habitan. Su interior lo forman capilla y dependencias.














Más adelante estaban las monjas del colegio interno del Sagrado Corazón de Jesús, que se clausuró hace unas décadas, y actualmente hay un proyecto para hacer apartamentos. 














También en la calle Barja se encuentra la bodega de Faustino González, exponente de las pequeñas bodegas familiares pero con jereces exquisitos.


Por estos alrededores existen otras casas con patios, bien de entidades religiosas o palacetes particulares (recordemos el famoso Pub "Almizcate"), ya que con el crecimiento de la zona y el puerto de Cádiz tan cerca, fueron muchos los genoveses que vivieron aquí. 


Calle del Pollo, en cuya esquina hay un bar de toda la vida, donde ponían la mejor sangre con tomate. 

Calle Encaramada, es el punto más alto de la ciudad, sobre el nivel del mar. 



Calle Cruz Vieja, antigua Plaza Antón Daza, donde rodeadas de naranjos agrios y un ciprés piramidal como vigía permanente, se solean los bustos de Antonio Chacón y Ramón de Cala y Barea. Esta calle, parece ser que debe su nombre a que, en el siglo XV, la zona estaba muy poblada de hidalgos, y existió alguna cruz en un pedestal, como signo protector de aquellos caminos.



Busto de Don Ramón de Cala


Busto de Don Antonio Chacón




























Echamos un vistazo a la calle Caballeros, y recordamos, pasando la sastrería de Antolín, el edificio del Iryda, que tanto movimiento tenía hace décadas, con su ordenanza de gris, y sus incontables paseos a los bancos y diferentes instituciones. El desaparecido Hogar del Pensionista en el núm.21, que mantuvo abierto la Caja de Ahorros de Jerez, junto a la esquina de Doña Felipa. 



 















Continuamos adelante por Calle Ramón de Cala, la de las casas "encalás" y flores en los patios. Hay que recordar a Radio Popular de Jerez y en su planta baja el almacén de Félix, después su hijo Julio; la Confitería de Manolo, el estanco, la droguería Galván, y como no, el Bar Maypa, distintivo de este barrio, con sus clientes incondicionales, donde no se cabía, y menos en Semana Santa con la recogida del Cristo, y el bar decorado con carteles de otras localidades.




Calle Zarza, Molineros, la estatua homenaje a Lola Flores, "La Faraona" abrazando su barrio, obra de Víctor Ochoa. El Palacio de Villapanés del s. XVIII, de estilo barroco y neoclásico. Un marqués rico entre tanta pobreza. Palacio monumental con mármol de Génova, la mejor biblioteca, pinturas murales, San Miguel y San Rafael vigilando las esquinas de las calles Empedrada y Cerro Fuerte, a la sombra de los olivos que flanquean la portada. Actualmente es de propiedad municipal, con destino ligado al mundo del flamenco.











Monumento a Lola Flores


Palacio de Villapanés






A la izquierda del Palacio, casa de vecinos catalogada como BIC, cuyo uso actual es el alquiler de apartamentos.
















Llegamos hasta La Plazuela, cuyo nombre actual es Plaza Ntro. Padre Jesús de la Sentencia, aunque el original fue Plaza Orellana. La Plazuela acaba cuando comenzaba la antigua calle Barquero, que se prolongaba hasta las Puertas del Sol. 

Calle Empedrada

La parte del Palacio de Villapanés pendiente de rehabilitación, en calle Empedrada













Esta parte del barrio está formado por La Plazuela y el Campillo, en el que encontramos las calles Pavía, San Justo, La Plata, San Clemente, Sol y Cañameros, entre otras; en medio, La Plazuela, y conectando con calle Porvenir, la calle Pañuelo de la Yedra. El acerado de la mayoría de sus calles, están adornados con naranjos, que alegran de colorido e impregnan de olor a azahar este entorno. 




Calle Empedrada

Ermita del Cristo de la Yedra

Monumento a La Paquera

Calle Sol






































Aquí se siente el espíritu flamenco por los 4 costados, sin plantearse hace décadas, si había más o menos gitanos. Todos eran gente del barrio, no siendo esta raza de las más pobres. Esta mezcla comunitaria arropaba la Ermita de la Yedra del s. XVIII, de estilo barroco, en la confluencia de las calles Sol y Empedrada, que tuvo su origen en una Cruz de Humilladero. Aunque la Ermita es pequeña, domina la plaza, pero compartida ahora con el monumento a La Paquera.

Azulejo con el Señor de La Sentencia

Azulejo con Nuestra Señora de La Esperanza

Cristo de La Yedra

Interior de la Ermita del Cristo de la Yedra























































Bajando por Calle San Clemente, alcanzamos El Campillo, y un poco más abajo "La Hoyanca", zona donde se perdió el juego de barrio para convertirlo en bloques de viviendas. A un extremo vemos la Ermita  de San Telmo, la máxima expresión del Viernes Santo para los campilleros. Ermita sobre las extinguidas Playas de San Telmo, fue levantada por el gremio de barqueros junto al embarcadero San Telmo. Dedicada al santo dominico Pedro González Telmo, y fue usada para el retiro de dominicos entre los siglos XVI y XVII.

 

Ermita de San Telmo

Patio con naranjos en la ermita de San Telmo



Nudo de San Telmo

Nudo de San Telmo


Plaza del Santisimo Cristo de la Expiración




 










Azulejo de la Virgen del Valle

Azulejo del Cristo de la Expiración








La virgen del Valle y el Cristo de la Expiración




POEMA DE LA PLAZUELA

 

Nos trasladamos a los tiempos de nuestra niñez 

A la vida en la calle, a las casas de vecinos

A charangueros repartidos por las esquinas

Alcachofas, castañas y cubiertos de caramelo, los perillos

 

 

El kiosko de madera en medio de la plazuela 

Talleres de bicicletas, droguerías, carne de caballo, alpargaterias, refinos 

Un salto a calle Porvenir, Cinema X, Circo Ruso, Berlín circus, Manolita Chen

Ciudad de los Muchachos, niños de barrio circense, variados destinos. 

 

 

Al fondo Madre de Dios, único camino para llegar al Mundo Nuevo 

El convento, las casas de los ferroviarios, trabajadores de la Renfe, trepadores de los silos de trigo

Aparcamiento y trasiego de camiones y tractores al final del barrio, para trasladar la mercancía a los trenes. 

Asentamientos en Campillo, casas de lata, nómadas anuales, gitanos andarríos

 


El Horno de los Madrileños, donde se crió Jesús Rodríguez 

La panadería de Anita Román, la barbería, el Terraza Sol, cine de barrio genuino

El tabanco de los burros, en el 17 de Puertas del Sol

O el de Ignacio, esquina calle Pañuelos, famoso por las juergas amenizadas con vino

 

Foto de Anita Román


El reñidero de gallos, sangre en la arena, pescuezos "pelaos" 

El garaje de los Amarillos, la Bodega de Cala, ahora Blanca Reyes, oloroso y fino

El Consumo, esquina Méndez Núñez, control de entradas y salidas 

El dispensario de la beneficencia, Coto grande, coto chico

 


El Campillo, las corraleras,

se vivía pared con pared,

flamenco compartiendo sus vidas, sus problemas,

las noches de calor, las bodas, zambombas alrededor del patio,

arte por doquier, la pureza de Jerez.

 


Joaquín Caro