Desde este bonito y único rincón se quiere divulgar al mundo entero que Jerez además del patrimonio multi-cultural , turístico ó festivo conocido por casi todos, tiene un patrimonio arbóreo por desgracia desconocido para la mayoría de los ciudadanos de nuestra ciudad.
¿Quiere ayudarnos a descubrirlo.......?

miércoles, 17 de julio de 2024

La Grevillea de la calle Gaitán.

 El pasado 16 de Mayo, el DIARIO DE JEREZ en su edición digital,  publicó dentro de la sección EL ARBOL DEL MES el articulo dedicado a las grevilleas y especialmente a la que se encuentra en la calle Gaitán que reproducimos más abajo.

Esperamos que su lectura sea del agrado de nuestros visitantes.                                   


                                                                EL ÁRBOL DEL MES DE Mayo

ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL JEREZ DE LOS ÁRBOLES

Una llamarada de color: la grevillea de Gaitán

16 de mayo 2024 - 07:00

Imagen del ejemplar de calle Gaitán.
Imagen del ejemplar de calle Gaitán.

Conocido como el 'Árbol del Fuego' y también 'Pino de Oro' en Las Islas Canarias, donde es muy abundante, este maravilloso árbol (Grevillea robusta) es un gran espectáculo cuando florece en el mes de mayo en Jerez y llena la ciudad del color amarillo-naranja de sus raras flores con forma de cepillo y que, unido a las azules jacarandas y a una multitud de adelfas que también activan su floración en las mismas fechas, convierten a nuestra ciudad en algo verdaderamente singular y bello, algo digno de admirar por los jerezanos y la multitud de visitantes que nos llegan en este mes.

Las hay por muchas calles y parques, pero hemos escogido el curioso ejemplar que crece en una calle estrecha de pleno centro, la calle Gaitán, entre Porvera y Mamelón, donde ha buscado el único hueco posible para crecer y darle vida a este pasaje de antiguos y buenos restaurantes. Tenemos que estar orgullosos de la cantidad y de los maravillosos árboles que dan vida, color, e inundan esta bonita ciudad, disfrutar de su amable sombra, respirar gratis del aire sano que nos dan, admirar su belleza y protegerlos de quienes los lastiman o simplemente protestan porque llenan de flores los techos y capós de sus coches aparcados, “incluso en el mismísimo centro histórico”.