Desde este bonito y único rincón se quiere divulgar al mundo entero que Jerez además del patrimonio multi-cultural , turístico ó festivo conocido por casi todos, tiene un patrimonio arbóreo por desgracia desconocido para la mayoría de los ciudadanos de nuestra ciudad.
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domingo, 28 de junio de 2020

Por el sendero de Campobuche, Grazalema. Junio 2.020

Aprovechando los últimos coletazos de la primavera, nos desplazamos a Grazalema para recorrer parte del sendero de Campobuche, el cual encontramos exuberante, cuajado de flores silvestres dentro del marco incomparable de la serranía gaditana.

A continuación publicamos la crónica de esa mañana senderista escrita por Joaquin Caro.




Nueva ruta antes de que empiecen las calores, intentando aprovechar los últimos coletazos de esta efímera primavera, que no hemos podido disfrutar en todo su esplendor. 
Cuatro compañeros nos hemos desplazado hasta Grazalema, para hacer una parte del Sendero de Campobuche. 
Entramos por el camino junto al Mesón Los Alamillos. Después de avanzar un buen rato entre las distintas casas y huertos que hay construidos a ambos lados, sobre las 10.30am nos llamaron la atención los crespones blancos de flores de algunas Cynara humilis,
que estaban tras las alambradas, y paramos un momento para fotografiarlas.

Continuamos hasta llegar a la zona de los Terrazgos, dejando el vehículo bajo un gran alcornoque, junto a un cartel que habla sobre el Corcho y sus diversos aspectos.
En esta explanada, no podía pasar desapercibido el fabuloso y catalogado ejemplar del "Chaparro de las Ánimas", un alcornoque con altura cercana a los 19 metros, y un perímetro troncal superior a los 5 metros. A la vuelta, nos haríamos algunas fotos con él. 



Comenzamos la ruta a las 10:55 por el margen izquierdo del río Gaduares o  Campobuche, no sin antes cruzar la pradera donde pastaban una manada de vacas retintas, todas recostadas en la hierba, y donde había algunos Piruétanos (Pyrus bourgeana), cynaras y galactites


















Una vez dejadas atrás a las vacas, iniciamos el estudio detallado de las plantas y flores que nos íbamos encontrando, tanto en este margen, como dentro del cauce de aguas, prácticamente estancadas. 














Convolvulus, trifolium y silenes colorata,













Trifolium

Silene colorata













marcaban los primeros destellos, que nos llevarían a bonitos ramilletes rosados de Asperula aristata, al borde del río, los cuales aparecerían en más ocasiones. Los tonos violetas de la Cleonia lusitanica entre hierbas y pequeñas piedras, contrastaban con un conjunto grupal de Oenanthes crocata, en medio del cauce del río, de forma umbelífera, parecido de lejos a las biznagas, pero nada que ver al tenerlas cerca. A la izquierda, varios rosales silvestres de Rosa canina,
con tonos blancos y rosados, se situaban entre la alambrada y el margen del río, moviendo sus pétalos al viento, mientras en paralelo, dentro del cauce, una minúscula formación blanca y azulada de Baldellia ranunculoides, se mecía plácidamente con la brisa a ras de agua. 





















Cleonia lusitanica




























Sobre el verde del camino, reparto ocasional de Dientes de leon, y las primeras torrecillas amarillas de Parentucellia, que a medida que avanzábamos se hacían más frecuentes. Las minúsculas orquídeas silvestres, asomaban sus cabecitas entre la espesa hierba, concretamente la mezcla blanca, rosada, morada y granate de la Serapias lingua

Parentucellia















































Es evidente, que las plantas y flores tienen su misterio, y como bien dice nuestro profesor y amigo, no veremos ninguna mala combinación de colores en una misma planta o flor, los tonos parece que son escogidos por prestigiosos pintores, realzando más si cabe este increíble mundo vegetal. 
A esto se añade, el que según horario, las flores se abren o se cierran, como ocurre con los pétalos amarillos del Centaurium marítimum, apostados en el río, cuyas flores estaban cerradas a la ida y abiertas a la vuelta. 


Antes de cruzar al otro lado, los pétalos blancos, como hélices de motores de la Silene vulgaris, concentraciones de Scabiosa atropurpúrea, varillas solitarias y acompañadas de Hypericum, la estilizada Sisymbrella o nuevos ramilletes de Asperulas
Scabiosa atropurpúrea



















Hypericum