Observando, Observando,............ Observando:
Un día al fotografiar un árbol cercano a mi casa, concrétamente un aligustre en floración observé como las abejas revoloteaban alrededor de este y posándose chupaban el néctar de las flores. Después de sorber suavemente durante un rato, caían al suelo boca arriba pataleando y parecían muertas.
Pensé:Algún veneno tiene que tener el árbol y las mata. Y no le dí mas importancia al tema en cuestión.
Otro día.
En la visita realizada a los jardines de la afamada bodega jerezana de nombre González Byass, nuestra gentil anfitriona Lola Iekeler, mis compañeros de Amigos del Jerez de los Árboles y yo nos enfrentamos con la misma escena ante el mismo tipo de árbol un ejemplar grande, muy grande y muy florido de aligustre y el tema salió a la palestra, comentamos lo que yo en su día había observado.
Y allí en el suelo junto a muchas flores caídas del aligustre, había un numero incontable de abejas en el suelo.Y llegamos a la misma conclusión: El árbol aligustre tiene que tener un veneno que mata a las abejas cuando chupan el néctar.
¿Árbol asesino de abejas?.
¿Las mata para que no les libe el jugo?.
¿Un sistema de auto-protección.?
El tema nos despertó la curiosidad y empezamos a analizar y nos propusimos investigar.
Y observamos a su vez, que pasado un tiempo relativamente corto las abejas ya no estaban panza arriba ni en el suelo.
Y pensamos:
Escalón natural, abejas muertas, vienen pájaros y se las comen
Nos lo tomamos a broma y como estábamos en una bodega, se nos ocurrió decir:
Las abejas lo que están es borrachas y están durmiendo la mona y cuando la duermen se levantan y se van.
Tito Pepe, no pudimos dar mas de plano, sin querer y sin saber dimos en el clavo.
Primero lo comentamos con un amigo entendido en estas cosas, segundo investigamos y tercero y ultimo nos quedamos alucinando con el resultado obtenido.
Conclusión final:
La abejas ( y otros insectos, pero mas señaladamente abejas y abejorros) son unas borrachas, que se van de botellón. El néctar de las flores que lijan contienen etanól y este las emborracha. Y estas hacen como algunos de los humanos, después de dormir la mona, se levantan, se sacuden y se van a su casa.
Manda
Y nosotros investigando.
Por otro lado después de la fabulación mantenida en una tertulia en tono de broma.
Otro amigo de los arboles va y escribe
LA FÁBULA DE LAS ABEJAS BORRACHAS
Juan Luis Vega
Vivir en una bodega parte de tu vida te enseña muchas cosas , casi todas bonitas. sobre todo porque sabes que estas haciendo, criando mejor dicho, vinos para hacer feliz a los demás. Para que se olviden y ahoguen sus penas o miserias, al menos durante un ratito.
Pero, en una bodega ocurren muchas cosas, además de “jarrear” las escalas de criaderas, arrumbar botas o sacar muestras para un “recibo”.
En los jardines, por ejemplo, bajo la sombra de los aligustres que florecen en los finales de la primavera, se pueden ver grupos de abejas melíferas libando el néctar hasta llegar a emborracharse, ciegas de tanto dulzor. Entonces, caen al césped boca arriba y mueven sin cesar sus alas y patitas llenas de polen. Pero muchas de ellas no logran recuperar el vuelo y mueren, eso sí, en pleno éxtasis de placer.
A estas alegres abejas le suele pasar lo de aquellas moscas de Samaniego, que nos enseñaron de pequeños en el colegio. Aquellas dos mil moscas, que acudieron al panal de rica miel y sucumbieron con sus patas en él.
Pero si vives en una bodega, como la mía, te enteras que, además de a los humanos, también puedes hacer gozar a los animales. Cuando le poníamos una copa diaria de cream a los ratoncillos de la Constancia, a la que subían por una escalerilla de madera, sabíamos, algunos, que allí también bebían del dulce néctar de aquellos pedros ximénez de ensueños, las lagartijas y salamanquesas que allí habitaban pegadas a las paredes blancas, respirando el airecillo fresco que entraba por las ventanas de poniente. ¡Listas ellas!. También alimentaban o saciaban la sed de algún escarabajo pelotero, que a menudo resbalaban, en su ansiedad, cayendo dentro de la copa de vino dulce, al no haber podido resistir la tentación y pecar con algo tan delicioso como el vino de Jerez. Por el deseo imperioso de probar ese manjar oloroso, que nosotros envejecíamos cada día, cada mes, cada año, para toda la gente del mundo entero.
Hay también quien cree,aunque no sea del todo verdad, que el vino moscatel, que aquí en Jerez se ha elaborado, desde siempre, de una manera deliciosa; negro, espeso, aterciopelado, empalagoso y con un punto final algo ácido y frutal; proviene de la palabra mosca, posiblemente por considerarse este elixir como una atracción fatal para estos dipteros chupones en muchos lugares vinícolas.
Tampoco pudieron resistirse muchos consumidores, hace años, al gusto sabroso de la “Quina Miel”, un delicado brebaje elaborado con vino oloroso, al que se añadía auténtica miel de abejas y que a mediados de los años sesenta causó furor entre muchos aficionados a las bebidas reconstituyentes y energéticas y del que se aseguraba “curaba a todos los enfermos”, como también todos aquellos otros vinos quinados, algunos ferruginosos, que se daban a probar incluso a los más pequeños “para darles más ganas de comer”
Y es que a veces, a los humanos nos pasa como a las abejas, que acuden a las flores de los aligustres nectaríferos, a sabiendas de que caerán borrachas y que muchas de ellas no levantaran más el vuelo o como a las moscas, lagartijas, escarabajos y hasta culebrillas que saben lo bueno y rico que está el vino de Jerez y las cosas buenas y dulces de la vida. Por eso es mejor tomarlo con moderación. A sorbitos, como los pájaros.
Hasta aquí escribió el literato Juan Luis
Y por otro lado extraemos de otro blog.
"Las abejas también se van de botellón.......y tienen problemas sociales con otros miembros de su comunidad. Os dejo un copia pega de un articulillo que me ha parecido muy interesante."
Extracto del articulo:
Cuando las abejas se intoxican mediante el consumo de etanol o se intoxican con el consumo de otras substancias, el resultado es un comportamiento caótico cuando andan. El grupo de investigadores de Charles Abramson en Oklahoma State University ha puesto esfuerzos en la investigación de este fenómeno, para ello se ha servido de unas pequeñas ruedas sobre las que corren abejas, las que estaban intoxicadas mostraban problemas locomotores. Se introdujeron abejas melíferas en cajas y se les estimuló para que se movieran dentro de ellas, se pudo comprobar que las más intoxicadas apenas podían moverse.
Una abeja intoxicada suele extender completamente su lengua, o proboscis. Las abejas afectadas emplean menos tiempo en permanecer volando. Si una abeja está suficientemente intoxicada, suele caer hacia atrás y revolotea con sus patitas. De la misma forma las abejas contaminadas suelen tener más accidentes durante el vuelo. Algunas abejas que consumen etanol se desorientan y no son capaces de regresar a la colmena, como consecuencia de esto mueren. Bozic etal (2006) encontraron que el consumo de alcohol en las abejas melíferas llega a afectar a sus comportamientos sociales, de la misma forma ocurre con las contaminaciones por insecticidas.Algunas abejas muestran comportamientos agresivos tras el consumo de alcohol.
Algunas abejas que consumen alcohol procedente de néctares fermentados llegan a presentar enfermedades crónicas que afectan a la vida social de la colmena. Se ha observado un comportamiento defensivo de la colonia de abejas intentando expulsar a las abejas contaminadas de la colmena, hasta que los efectos visibles de la contaminación desaparecen.Si una abeja es reincidente y retorna a la almena desorientada, las abejas compañeras suelen expulsarla violentamente.
La exposición al alcohol tiene efectos prolongados en las abejas, llegando a las 48 horas.
La evaluación completa de los efectos nocivos del etanol en los vertebrados se puede decir que se ha iniciado a comienzos del siglo XXI y revela ser un estudio prometedor. Se está observando los efectos en su comportamiento en ciertas abejas alimentadas con soluciones de diferente concentración de etanol. Hay investigadores que han colocado las abejas en pequeños arnés y las han alimentado con soluciones de alcohol y azúcar para analizar la movilidad de las mismas durante estas ingestas. Casi todas las pruebas mostraron una disminución de la locomoción, la movilidad, interacción social y un aumento de la agresividad. El científico Mustard ha hecho remarcar que "el alcohol afecta a las abejas y a los humanos de formas muy similares, afectando a las capacidades motoras así como a las habilidades de aprendizaje y a la memoria."
La interacción de las abejas con antabuse (disulfiram, un medicamento común administrado en los síndromes de alcoholismo) ha sido testeado de igual forma.
Y Otra mas
La Borrachera de algunos insectos. En junio, cuando se encuentran las flores de primavera con las más tempraneras del verano, el espectáculo de color es sorprendente. Así como las visitas de los insectos, que están más atareados que nunca y a veces se pasan al beber del néctar de las flores. Resulta sorprendente contemplar a un gran abejorro beber tal cantidad de néctar que acabe completamente borracho y apenas sea capaz de seguir volando. Si el jardín es tranquilo, lo habitual es que las abejas prefieran ‘dormir la mona’ dentro de la flor, a la espera de encontrarse mejor la mañana siguiente. De lo contrario, la fiesta puede convertirse en drama si la abeja intenta regresar a la colmena, ya que la borrachera le impedirá encontrar el camino de vuelta.
El estado de embriaguez se produce si han fermentado las encimas del néctar en un proceso similar al de la fabricación del alcohol. Algunas plantas, como las orquídeas, tienen asombrosas formas de atraer a los insectos para la reproducción y una de ellas es dejar fermentar el néctar, a sabiendas de que las abejas borrachas permanecerán en la zona.
Y ya para terminar por hoy sobre este tema comentaremos que una vez que nos pusimos en guardia con el tema de observar el comportamiento de las abejas ( y abejorros) borrachas y borrachos y observando a su vez por otro lado las flores mas famosas y vistosas de jerez (La flor de la Jacarandá) cuando caen al suelo formando la alfombra mas azul-violeta-morada y detectamos que las abejas también acudían al rico néctar de estas flores y terminaban con los mismos síntomas.
Y la pregunta final.
¿Vendrá de este hecho de emborracharse con las flores moradas de las jacarandás, la frase hecha del pueblo de decir:
"Este tío está morao"?
Fin de la Entrada