Comenzamos nuestro recorrido en la calle San Juan con la percepción de que en el itinerario que tenemos previsto no vamos a encontrar un patrimonio arbóreo muy variado y espectacular, pero sin embargo, nos llevaremos alguna grata sorpresa.
También queremos advertir a nuestros visitantes que no somos expertos en bellas
artes e historia, solo aficionados, por lo que trataremos estos temas con las
limitaciones que nos imponen nuestros conocimientos.
Lo primero que se nos viene a la vista es el ábside poligonado con adornos almenados de la Iglesia de San Juan de los Caballeros que ahora puede contemplarse desde todos los ángulos después de la remodelación de la zona llevada a cabo recientemente.
En este espacio que circunda a la iglesia se han plantado varios naranjos que han sido traídos del prácticamente abandonado vivero municipal de El Portal, la mayoría de los cuales presentan actualmente un aspecto bastante mustios.
También en este espacio se abre el callejón de las siete revueltas con final en la calle Canto.
Precisamente en ese punto
de confluencia de ambas calles nos encontramos una tapia cubierta en parte por
trepadoras y detrás de la misma se asoma una araucaria de considerable porte.
Volviendo
nuestros pasos hacia la iglesia de San Juan de los Caballeros, bordeamos una
blanca tapia que esconde un solar que en los años ochenta albergó una terraza
de copas y que se quiere convertir en un pequeño jardín, algo deseable y
necesario para este barrio de nuestra ciudad.
Completamos
la vuelta a la iglesia en la plaza Melgarejo donde se encuentra la fachada principal
de la misma y también una casa de aspecto señorial.
San
Juan de los Caballeros tuvo sus inicios en el siglo XIV y actualmente es la
Hermandad de la Veracruz la que se encarga de su cuidado y apertura a la
feligresía y visitantes.
Si
desea realizar un recorrido fotográfico por esta iglesia, por favor pinchar en
el enlace siguiente:
Antes
de seguir nuestro recorrido por la calle San Juan en dirección a la plaza
Orbaneja, echamos una mirada atrás y contemplamos la capilla del Cristo del
Amor con los hermosos azulejos representativos de sus imágenes titulares en la
fachada.
Proseguimos nuestro caminar y justo a la entrada de la calle Salas encontramos unos de los referentes flamencos de Jerez, la peña Don Antonio Chacon,
más adelante nos desviamos para entrar por la calle Liebre para contemplar la fachada barroca de la Casa Palacio de Carrizosa, hoy su interior transformado en varias viviendas, iniciativa que por lo menos ha impedido que este notable edificio cayese en la ruina.
Justo
enfrente y detrás de una tapia, nos llama la atención la copa de un imponente
olivo que por su tamaño deducimos puede ser bastante viejo.
Seguimos unos pasos por la calle Liebre y lo que vemos son casas bastante decrepitas llegando en algunos casos a una ruina completa,
por lo que nos volvemos y
siguiendo por la calle Santa María de Gracia llegamos a la puerta del convento
del mismo nombre en la plaza Ponce de Leon, entramos en el patio donde se
pueden ver unos azulejos antiguos con escenas del Vía Crucis y uno más grande
de Santa Rita.
En
la misma plaza se encuentra el antiguo palacio de los Ponde de Leon, destacando
su ventana esquinera renacentista. Esta casa palacio fue donado en su día para
convertirse en el colegio de El Salvador y donde las Hijas de la Caridad llevan
a cabo una labor social y de ayuda al necesitado inestimable.
Como
estaba una hermana en la puerta atendiendo una recepción de alimentos le
pedimos permiso para ver el patio porticado que hay en el interior y pudimos hacer
una rapidísima visita al mismo.
Seguimos
nuestra ruta hacia la Plaza Belén, recientemente remodelada, donde se han
plantado únicamente ciclamores (árbol del amor), y de donde se tienen unas
vistas privilegiadas de la Catedral.
En
este espacio estuvo en su día un convento transformado posteriormente en cárcel,
una vez demolida se construyó un colegio de primaria y luego un aparcamiento.
Ha sido objeto de un ambicioso proyecto que no llegó a ninguna parte y ahora se
habla mucho de la construcción del Museo del Flamenco de Andalucía, proyecto
que esperamos poder ver realizado algún día.
Alrededor
de la plaza también encontramos algunos edificios cerrados, una
constante en este barrio.
Enfilamos
nuestro caminar hacia la plaza de San Lucas y la primera casa que encontramos
al entrar en dicha plaza es la rehabilitada que hace varios años se incluía en
las visitas dentro del programa Conoce tu Patrimonio.
En
esta plaza se encuentra la iglesia de San Lucas (S.XV), hoy Santuario
Diocesano, donde recibe culto la venerada y popular imagen de Nuestro Padre Jesús
de las Tres Caídas.
Los
visitantes interesados pueden realizar un recorrido fotográfico por esta iglesia pinchando en el siguiente
enlace:
El
arbolado de esta plaza lo forman varias catalpas y una melia, despobladas de
hojas en estas fechas otoñales.
En
este punto finalizamos la primera parte
de este paseo, la semana próxima publicaremos la continuación de nuestra visita
a este barrio.
Como
colofón, publicamos a continuación un poema de nuestro amigo Joaquín
rememorando recuerdos infantiles.
Recuerdos de
mi niñez
por Joaquín
Caro
San Juan de los Caballeros
Acólitos en procesión con altos ciriales
Velas inquietas dejando caer su cera en la cabeza de
los monaguillos
Por unas pocas pesetas y algunas galletas como
jornales
Callejón de las siete revueltas
Hoy limpio y transitable
Pero antaño nido de suciedad y ratas
Que en la calle Canto se colaban
Como okupas permanentes, a escobazos se
eliminaban
Las películas del cine Astoria
Para visionar en oblicuo media pantalla
Nos juntábamos unos cuantos en fila obligada
Pegados al muro de la bodega
Bajo las noches de luna antes de la madrugada
Visitas al torno de las monjas de Gracia
Para comprar su repostería exquisita
"Deo gracia... A Dios sean dadas"
Madre Teresita, media docena de bollos de aceite, masa
real y tortitas
Los juegos en la calle, la piola, el bolindre
Los platillos, un, dos, tres pollito inglés
El carro cojinete, el corro, el trompo, el
escondite
Policías y ladrones, nos perdíamos por las calles, no
teníamos estrés
El pan en la cuesta Orbaneja, o el horno de calle la
Liebre
La calle Salas, donde vivía mi abuela paterna
Iglesia de San Lucas, el Cristo de las tres caídas,
sus fieles seguidores
Los cantos del Miserere, coros infantiles en tiempos
de cuaresma
Semana Santa muy participativa
El domingo la Borriquita, de penitente
el martes San Juan de los Caballeros, de
monaguillo
El miércoles San Lucas, entonando el Miserere
Lo mejor, las bolsas de comida de la hermandad de las
tres caídas
Y cierro con la calle Canto
Lugar donde yo nací
En una cuadra de cocheras
Con suelo de piedras y arena negra como el
hollín
Con ratas de vez en cuando y techos con goteras
Las notas de piano del maestro Navarro, traspasaban
las paredes de estas casas sin jardín.
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