Excursión de San Fernando a Chiclana a través del. Itinerario peatonal y
ciclista de la Junta de Andalucía, que atraviesa las marismas, con una longitud
de 5,4 km.
Nuestra pretensión, una vez aparcados los coches en la explanada junto a la Ronda del Estero, donde se inicia el sendero, era hacer el recorrido a pie, volver en el tranvía de Chiclana a San Fernando, y comer en San Fernando sobre las 14.30 horas.
Comenzamos con la Suaeda vera, arbusto muy ramificado, con las ramas superiores cubiertas de hojas carnosas, que a menudo adquiere coloración rojiza.
Suaeda vera |
Seguidamente nos encontramos con el más florido del camino, formando arbustos de hasta casi 2 metros de altura, abundantes en extensión, y ocupando gran parte del recorrido. Se trata del Limoniastrum monopetalum, perennifolio y hermafrodita, de flores rosadas, y cinco estambres de anteras amarillas. La abundante vegetación se sucede en esta singular flora botánica, consecuencia de la diferente salinidad del suelo, donde son determinantes muy pocos cms para la adaptación.
Limoniastrum monopetalum |
Destacamos también a la Suaeda albescens, planta ramificada
desde la base, con tallos no articulados y hojas alternas, carnosas y
subcilíndricas, ahora con un color verde y rojizo. Observamos también una
agrupación de tallos, terminados en una especie de espigas laxas y pendulares,
llamadas Piptatherum miliaceum.
Suaeda albescens |
Piptatherum miliaceum |
Vamos ahora con la reina de estos esteros y salinas, que ocupa gran parte del terreno, tanto en mitad de los caños como entre ellos, y que se expande a lo largo y ancho del entresijo de las canalizaciones. Hablamos de la Salicornia ramosissima, planta perenne y halófita, con tallos bastante ramificados, de color purpúreo después de la floración.
Salicornia ramosissima |
Salicornia ramosissima |
Algunos canales, con escasez de agua y abundantes algas, presentan un aspecto fangoso, donde las aves picotean en busca de alimento, mientras que otros, los rayos solares rebotan sobre las casi estancadas aguas de orillas lodosas.
Tras 15 minutos de paseo, tomándonos con
calma la catalogación de las especies botánicas, llegamos al cartel informativo
de la Junta de Andalucía, sobre base de piedras, compuesto de indicadores y
mapas del sendero y su entorno.
Continuamos el detalle de las plantas a nuestro paso, con otro arbusto de color verdoso en unas zonas y de color rosado en otras, ramas opuestas, articuladas y cilíndricas, que suele alcanzar una altura de 1,5 m., conocido con el nombre de Arthrocnemum macrostachyum.
Arthrocnemum macrostachyum |
Esta pradera de marisma, la cubre una amalgama de colores desde tonos verdes a marrones, pasando por rojos y rosados, producto de la mezcla de todas las plantas mencionadas y otras que vamos a detallar, entre las cuales serpentean los caños de aguas salinas, con variedad de formas y tamaños: unos estrechos y zigzagueantes, otros rectangulares y paralelos, otros de más capacidad y redondeados y otros formando grandes balsas de agua donde se concentran algunas aves.
Las flores rosadas del Limoniastrum monopetalum aparecen constantemente tanto a la derecha como a la izquierda del recorrido, dando una nota de color y floración distinta a las halófitas.
Limoniastrum monopetalum |
Limoniastrum monopetalum |
Limoniastrum monopetalum |
Pasamos por un recodo del
camino, donde hay alineados varios troncos, y el primero de ellos con
señalización de Puente Zuazo, que aparece al frente. En la línea opuesta a ese
ángulo de 90 grados, un bloque alargado de piedras con otra señalización de la
Junta de Andalucía, para usar como descansadero.
Aparecen tramos en que el agua rodea totalmente el sendero, sobre todo en la parte izquierda con el Caño de Sancti-Petri, dando la sensación de estar paseando junto a un amplio río, pero sin mucho caudal. Hay caños mareales cubiertos de vegetación por el centro, donde el espacio de las aguas es menor. La vegetación del centro es de Salicornia ramosissima, y la de los laterales Sarcocornia fruticosa.
Salicornia ramosissima y Sarcocornia fruticosa en los laterales |
Estas superficies de aguas azules casi en reposo, se cubren de una capa
verdosa esparcida de forma irregular, donde las tupidas algas dejan su impronta
con un colorido espectacular, impregnando este espacio de tonalidades extras,
que a vista de pájaro realza un paisaje singular, contribuyendo cada especie a
dar forma a un conjunto natural, que alberga vida y sintonía entre el mundo
vegetal y animal, con la colaboración interesada de los caños mareales.
Pronto llegaríamos a las compuertas junto al sendero, donde las aguas
cruzaban a borbotones de un canal a otro, aprovechando los cambios de las
mareas.
Otra de las curiosidades en este recorrido es una antigua casa Salinera,
restos de un embarcadero y unas reliquias de vagonetas, donde se transportaba
la sal.
Añadimos nuevas especies a las ya nombradas, en esta ocasión también halófita, con hojas de dos tipos; unas triangulares y otras ovado-lanceoladas, que tienen colorido verde, amarillo o rojo, siendo en esta ocasión rojas y llamadas Atriplex prostrata.
Atriplex prostrata |
Pronto alcanzaríamos el puente sobre el
rio Iro, en cuyas enfangadas orillas, entraban y salían de sus agujeros,
los cangrejos violinistas (Uca tangeri), cuyos ejemplares machos con su
gran pinza blanquecina, vistos de cerca, se asemejan a cabezas de los
alienígenas que presentan en algunas películas, con ojos abombados y
achinados de color naranja, y la parte de abajo de color morado.
Aunque ya habíamos visto algunas aves durante el camino, ahora aparecían en la parte izquierda, en mayor número, aunque dispersos, flamencos, cigüeñuelas y garzas, entre otros, dando un poco de vida a estas explanadas azules, donde las aves picotean las aguas, de forma pausada y tranquila, moviendo sus patas zancudas con estilo y parsimonia, agitando sus alas de vez en cuando, que en el caso de los flamencos, esparcían su colorido rosado delante de los verdes muros de carrizos, que mecían sus penachos pardos y amarillos, al son del plumifero aleteo.
Aún quedaban algunas plantas por descubrir, localizando nuestro experto las verdes y espatuladas hojas, algo carnosas y peludas, de la Galenia secunda, ahora sin flores.
Galenia secunda |
Antes de alcanzar la figura dedicada al Dios Melkart, mencionamos otra planta, el Asparagus albus, también sin floración en esta época del año.
Asparagus albus |
Dios Melkart |
Acabado el recorrido, se nos había hecho tarde y tuvimos que cambiar de planes, ante la imposibilidad de llegar a tiempo para coger el tranvía. Comimos en Chiclana, volvimos a San Fernando y nos pusimos en marcha para hacer por la tarde el sendero de la punta del boquerón.
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