Desde este bonito y único rincón se quiere divulgar al mundo entero que Jerez además del patrimonio multi-cultural , turístico ó festivo conocido por casi todos, tiene un patrimonio arbóreo por desgracia desconocido para la mayoría de los ciudadanos de nuestra ciudad.
¿Quiere ayudarnos a descubrirlo.......?

domingo, 4 de abril de 2021

De la Ermita de Guía a la Plaza del Arenal.

   

UN RECORRIDO POR “LA MILLA DE ORO PEATONAL DE JEREZ”

 

Continuando con nuestros recorridos por Jerez que iniciamos hace ya varias semanas, e igual que contamos la posibilidad de crear un parque central, una zona verde en pleno corazón de la ciudad, hoy recorremos lo que parece que se convertirá, por fin, en el núcleo peatonal de Jerez en los próximos años. Un espacio de oro que girará, de momento, en torno a la Catedral y que confiamos que se extienda más adelante hacia todo el centro histórico de nuestra querida ciudad.

 

Jerez cuenta con un conjunto histórico verdaderamente envidiable, tan grande y tan variado que muchas poblaciones, incluso capitales, desearían para ellas poseer. Además de su entramado medieval, el llamado barrio de San Mateo con sus estrechas callejuelas empedradas, posee monumentales iglesias góticas, parroquias del insuperable estilo mudéjar, palacios renacentistas, casones platerescos y bellas portadas barrocas, recargadas, pero rabiosamente bonitas.

 

El conjunto monumental se centra en el interior de la antigua muralla almohade del s.XII, de la que solo se conservan algunos torreones y unos cuantos lienzos malgastados, pero también en la zona de extra- muros, donde se construyeron a partir de principios del siglo XVI impresionantes iglesias como la de Santiago, San Miguel o la conventual de Santo Domingo, ya descritas en nuestro blog. Pero también se crearon, por allí entonces, extensas plazas y numerosas áreas de paseo.

 

Unas alamedas, como la cautivadora “Alameda Vieja”, que los jerezanos de entonces llenaron de árboles y de plantas traídas de los más alejados lugares y que hoy vamos a visitar, aunque solo en una de sus partes y que hemos llamado: “La milla de oro peatonal de Jerez”. La zona que transcurre desde la Ermita de Guía hasta la misma plaza del Arenal, que es la vía que el ayuntamiento de Jerez pretende convertir en un eje para el exclusivo disfrute de sus habitantes y de los visitantes que deseen conocer ese sugerente patrimonio.

 

Y ya iba siendo hora de que se formara en la ciudad un espacio como este, alrededor de la catedral y en el que solo pudiesen circular vehículos de servicio, que estuviera libre de humos y de ruidos incesantes, unas calles y plazas donde los niños puedan jugar sin peligro de ser atropellados, los mayores, andar, aunque sea por un suelo bellamente empedrado, los turistas fotografiar los palacios e iglesias abiertas de par en par y cómo no, donde se pueda disfrutar, tal como lo hacemos los miembros de nuestra Asociación, de la enorme riqueza de su patrimonio árboreo, sin ser molestados por conductores ávidos por batir las marcas de los ases del motociclismo o de la fórmula uno en el mismo cogollo de su centro histórico.


 1/. La Ermita de Guía, un cruce de caminos y una inagotable fuente de abastecimiento histórica.


Comenzamos nuestra visita por fuera de la muralla, en la Ermita de Guía, un viejo oratorio construido en el siglo XVII en un enclave llamado de “La Alcubilla”, es decir donde existía un arca de agua, una serie de pozos, aljibes, abrevaderos y más tarde una fuente, que se conserva aunque sin agua, como casi todas las existentes en la ciudad,- algo de lo que próximamente prometemos escribir en este blog- y donde acudían los jerezanos para proveer sus necesidades o para dar de beber a sus animales de trabajo.

 



Fuente de la Alcubilla


Actualmente la Ermita se halla rodeada de un pequeño bosquete y desgraciadamente de un edificio de viviendas, una inmensa mole que afea y destruye la encantadora visión de la ciudad desde su entrada sur.

 





 











En este óleo de 1850 del pintor Domingo García y Díaz se aprecia el paisaje y el entorno bodeguero creado en las cercanías de la Ermita de Guía que era además el lugar donde desembocaba el arroyo de los curtidores y un cruce de caminos hacia Sanlúcar, Rota, Cádiz y donde existió durante casi un siglo una romántica estación del llamado Tren del Oeste.

 



 

Tren Jerez . Sanlucar
 
















En la zona “ajardinada”, aunque con mucho cemento y que se encuentra casi siempre cerrada al público, pueden contemplase un grupo de cipreses (Cupresus sempervirens), árboles del fuego (Grevillea robusta), además de unos pocos árboles del hierro (Metrosidero excelsa) y naranjos amargos (Citrus aurantium) no muy desarrollados, curiosa y probablemente por estar “faltos de agua”.

 


Metrosidero


Grevilleas


















Justo enfrente de este espacio se encuentra el inicio de la calzada del Arroyo, con alineaciones de naranjos y que en su lado izquierdo acoge la puerta de entrada que da acceso a los jardines de las Bodegas Fundador, antes Pedro Domecq, aunque para poder entrar a visitar dichos jardines hay que hacerlo por la puerta principal de la bodega en la calle San Ildefonso. En la acera opuesta encontramos el complejo bodeguero de González Byass del que hablaremos más adelante.

 













jardines de las Bodegas Fundador, antes Pedro Domecq



jardines de las Bodegas Fundador, antes Pedro Domecq



jardines de las Bodegas Fundador, antes Pedro Domecq




















Calzada del Arroyo







2/.  Puerta del Arroyo, desde una bodega contemporánea y colosal hasta el encantador reducto empinado de la catedral.

 

Antes de atravesar el postigo de la muralla llamada Puerta del Arroyo abierto a principios del S.XVI y llamado así por discurrir por ella el riachuelo sucio e insalubre de los curtidores de pieles que duró hasta 1588, cuando fue soterrado, paseamos por la vera de una de las bodegas más impresionantes y gigantes del mundo, la Gran Bodega del Tío Pepe.

 














Una obra contemporánea, de la segunda mitad del s. XX , pero no por ello menos espectacular. Tan solo con contar que sus cúpulas de hormigón diseñadas por el ingeniero Eduardo Torroja tienen el mismo diámetro (43 mts.),que el famoso Panteón de Agripa, de Roma ( año 126 dc) y que las proyectadas por el mismísimo Miguel Angel para el Vaticano o por el genio Brunelleschi para la catedral de Santa María del Fiore, de Florencia, está todo dicho.

 ¡Sólo que en este caso no es una sola cúpula, sino tres!

 


La inmensa mole de tres plantas de alturas es la bodega más grande jamás construida en el mundo y puede albergar hasta 30.000 botas de 500 litros (1.500.000 litros) y se edificó sobre lo que fue un huerto de naranjos, un “naranjé”. Los propietarios de la bodega exigieron dos cosas a la constructora de esa bodega, que en la calle se plantaran naranjos agrios ( Citrum aurantium) y que una palmera datilera (Phoenix datilifera) enorme que allí había fuera trasplantada en la cara oeste del edificio. Este ejemplar, que casi sobrevolaba la enorme altura de esta singular bodega, aguantó más de 50 años, hasta que hace menos de una década un vendaval de poniente partió su cabeza y tuvo que ser talada.

 











En esta calle Calzada del Arroyo tenemos en ambas aceras alineaciones de naranjos amargos (Citrus aurantium) y en un ensanchamiento que hay a la derecha justo antes de pasar bajo la Puerta del Arroyo, podemos ver varios jaboneros chinos (Koelreuteria paniculata), en estas fechas invernales sin hojas.





 










La Puerta del Arroyo tiene adosada a ella la capilla de la Virgen de la Antigua, oratorio que se halla hoy cerrado y que antaño daba acceso a la Cuesta del Cochino, denominada de esta manera porque antaño era la vía de acceso de las piaras de estos animales hacia su desolladero, el matadero de calle San Agustín. Hoy esta vía, también llamada Cuesta del Oeste, es la Calle Unión, que discurre  por el interior de las bodegas de González Byass y que es uno de los viales más hermosos de España, al estar totalmente cubierta por más de 50 parras altísimas (Vitis vinífera), al igual que su aledaña y famosa calle Ciegos.



capilla de la Virgen de la Antigua

 









Espacio donde estaba la cuesta del cochino










Calle Unión










3/.  Arroyo Bajo.

 

La zona que encontramos desde el postigo hacia el reducto catedralicio es tal vez la que necesita una mayor y urgente reforma. Allí se habilitó en su día un caótico aparcamiento que ha terminado por dañar los naranjos y jaboneros chinos que hay en este espacio como también cualquier vestigio antiguo, pese a que en el lado opuesto discurren dos  bonitas calles, especialmente la Cuesta del Espíritu Santo, de un suelo empedrado maravilloso y donde se hallan los restos del antiguo convento que le da nombre y las renombradas bodegas de Fundador, antes Pedro Domecq.

 











Parece urgente transformar la plataforma llena de coches en un pequeño parque y estudiar un posible acuerdo con la bodega propietaria del solar colindante, hoy también usado para coches de sus empleados, con el objetivo de que ennoblezca este espacio, donde en su día se proyectó el estacionamiento de los  muchos autobuses que la visitan diariamente.

 












Curiosamente en el tapial del mencionado solar encontramos una trepadora del genero pandorea y en dos variedades, jasminoide y alba, que teníamos identificada desde el pasado verano en plena floración.

Pandorea jasminoide


Pandorea alba


 

















4/.  Plaza de la Encarnación.

 

Esta plaza ha sido la primera que el municipio ha convertido totalmente en peatonal hace solo unos cuantos meses y donde se han eliminado todos los aparcamientos. Es un lugar precioso desde el que se contempla la fachada oeste, los estilizados arbotantes, los pináculos de la estructura gótica de la Catedral, la portada barroca que le da nombre al lugar y la torre minarete de estilo múdejar, donde se conserva la matraca más antigua de la nación.

 

















Pero es una plaza que esta totalmente ausente de vegetación, con la excepción de varias  palmeras Washingtonia robustas de un laurel de India ( Ficus microcarpa) que rodean al monumento de Manuel María González Ángel, fundador de las bodegas anexas, cuatro cipreses italianos (Cupresus sempervirens totem) y cinco pequeños olivos plantados en macetas y que adornan la fachada del hotel Bodega Tío Pepe, inaugurado recientemente.

 






















4/.  La Maravillosa Alameda Vieja

 

Subiendo hacia la entrañable Alameda Vieja por la calle de la Rosa ( Hortas Cáliz) se puede contemplar a través de un ventanal, la parra (Vitis vinifera) más antigua de cuantas existen en la ciudad, de más de 100 años y que cubre un bonito patio interior y que está catalogada como árbol singular de Jerez, un almizcate que separa las bodegas de la Constancia y la de Los Reyes, dentro de las afamadas bodegas que casi nos acompañó durante casi todo nuestro recorrido.

 





























La Alameda, llamada en tiempos de Fortúm de Torres y que rodea al antiguo Alcázar de la época mozárabe (s.XI) ha sido siempre lugar histórico de esparcimiento y el primer espacio verde serio de Jerez. La construcción de este paseo se efectuó en 1787 y desde entonces se convirtió en un lugar de encuentro, de conciertos al aire libre, en un agradable espacio donde tomar unas copa de nuestro vino, degustar unos pimientos fritos, unas patatas al bastón y unas coquinas de barro al ajillo.

 


Una espesa arboleda, hoy llena de preciosos palisandros (Jacaranda mimosifolia), donde los jerezanos acudían las tardes de verano para contemplar la puesta de sol, respirar el poniente fresquito que les llegaba desde Sanlúcar en los atardeceres y sin dejar de admirar la cúpula de la antigua Colegial y las casas blancas del barrio de san Mateo al fondo, con sus luces titilando mágicamente.

 

















Pasear por la vera de las murallas del Alcazar y por esta alameda hasta mediados de los años 60 del pasado siglo, era una delicia indescriptible. Se veía todo lleno de tejados de bodegas, siempre muy alineados, a lo lejos fachadas de iglesias enormes y araucarias (Araucaria heterofolia) que sobresalían, altísimas, sobre un escenario que parecía que ni pintado. El pino centenario (Pinus linea), hoy desaparecido, que tapaba la entrada de la bodega con su ramaje gigante y los ficus gomeros (Ficus elástica) que no dejaban ver la llamada Puerta y el Arco  de la Reina, construido para recibir a Isabel II, en 1869 y que da acceso a los jardines de la bodega.

 

Gomero (Ficus elastica)





Arco de la Reina

















Puerta de la Reina, solo se ha abierto cinco veces en su historia









Jardines de Gonzalez Byass


Dombeya cayeuxii


Dombeya cayeuxii











Todo cambió años más tarde a causa de la alta inseguridad que padeció esta zona mal cuidada,  peor guardada y muy oscura y parece que quedó aislada de un centro de Jerez que se halla escasamente a apenas 150 metros de la Plaza del Arenal.

 

Una pena, pero sigue siendo el sitio de mayor encanto de la ciudad de Jerez, sobre todo en primavera cuando primero florecen los naranjos (Citrus aurantium) y da gusto pasear oliendo su abrumador azahar, o en Mayo, cuando el cielo y el suelo se cubre entero de soberbio azul del sus jacarandas. 

























Sigue siendo un placer andar por allí y, si se puede, atravesar su recinto amurallado, conocer  su coqueta mezquita, los singulares baños árabes, subir a las torres del Homenaje a la Hexagonal o disfrutar de su cuidado jardín árabe, de las antiquísimas palmeras (Foenix canariensis) de su  Patio de Armas o de las reliquias de la farmacia municipal de la ciudad, que se guardan en el palacio de Villavicencio.

Patio de armas













Mezquita

Jardines del Alcazar

Baños arabes

Palacio de Villavicencio


Farmacia









Quien desee hacer un recorrido fotográfico por el conjunto monumental del Alcazar, puede hacerlo pinchando en el siguiente enlace:

Conjunto Monumental del Alcazar

También tenemos que mencionar las magnificas yucas (Manihot esculenta) que se encuentran cercanas al templete-mirador de fundición que se instalo hace unos años y que ha sido objeto de vandalismo y se encuentra bastante deteriorado.

 











Otra de las especies destacadas en la Alameda Vieja son los ejemplares de Cedros del Atlas (Cedrus atlantica) existentes, así como alguna melia, cipreses (Cupressus sempervirens), y palmeras washingtonia. Antes de adentrarnos en el Callejón del Aire, admiramos una de ellas, la palmera más alta de la ciudad que sobrepasa la altura del palacio de Villavicencio y que fue trasplantada allí con éxito desde la plaza del Arenal  y catalogada como árbol singular.

 











Melia


















Por último mencionar un magnifico ciruelo japonés (Prunus cesarifera) que se encuentra junto a la torre del palacio de Villavicencio.

 















¡Algo, para no perdérselo!         

 

 

5/.  Callejón del Aire.

 

La buena pendiente de esta cuesta conecta la Calle y la Puerta de la Visitación, por la que entran todas las cofradías jerezanas en su estación de penitencia de la Catedral, con la Alameda Vieja, por lo que es un lugar ideal para presenciar la Semana Santa y uno de los lugares más bellos de la ciudad.


 



















Al suelo empedrado y a la elegancia de los casones y palacetes de Visitación se une esta callejuela, donde sopla casi siempre el viento( de ahí su nombre) y donde siempre huele bien porque además del “naranjé” cercano, las bodegas de por allí exhalan sin parar un reguero de aromas a vinos muy bien criados. No hay arboledas en esta calleja, pero si se conservan tres curiosos arcos con formas de cañones, que sirvieron de sostén a una antiquísima bodega, hoy desaparecida y en los que en su día se proyectó un estupendo tablao flamenco.

 













6/.  La balaustrada

 

Rodeando la Catedral de la diócesis de Jerez-Asidonia, una imponente iglesia construida en el sXVII que aúna a cuatro estilos diferentes (gótico, mudéjar, barroco y neoclásico) nos encontramos con el curioso entramado de su balaustrada.

 













Una estructura que defiende los distintos desniveles, las pendientes y sus escalinatas y el espacio que se nos antoja que podría ser ese elemento diferencial de nuestra estupenda Semana Santa. Un enclave diferente y peatonal por donde pueden subir todas las cofradías para llegar a la Catedral, como muy bien lo ejecuta cada año y entre bengalas, el Cristo de la Viga, la talla más antigua que procesiona en la localidad.

 





 







Si deseas hacer un recorrido fotográfico por este monumento, puedes hacerlo pinchando en el siguiente enlace:


La Catedral de Jerez



7/.  Calles José Luis Díez, Amargura y Plaza Monti

 

La calle de José Luis Díez, que conecta la plaza Asunción y la del Arroyo, es una de las vías que más van a celebrar la puesta en funcionamiento del proyecto peatonal que quiere ejecutar el municipio, ya que es un espacio degradado, anticuado y mal diseñado.

 

Sin apenas vegetación, a excepción de dos jacarandas que subsisten a duras penas frente al horrendo edificio del Ambulatorio y que en nuestra opinión merece ser derribado, ( al menos en sus cuatro plantas superiores), creemos necesario dotarla de parterres y zonas ajardinadas ya que será el enlace obligado para los turistas que circulen desde la plaza de los Escribanos (Plaza de la Asunción), hasta la majestuosa Catedral.

 


Un ejemplo de cómo podrá quedar esta milla peatonal se puede contemplar ya en las calles Amargura, Letrados y plaza Vargas, que han sido reformadas con gran éxito en los últimos meses y donde se han eliminado bordillos, creado una plataforma única y manteniendo el adoquín de granito, absolutamente clásico de una ciudad industrial, como Jerez.

 


Volvemos nuestros pasos hacia la Plaza Monti pasando por delante de un pequeño jardín dentro del conjunto del Alcazar ubicado en el solar donde en su día estuvo el Teatro Eslava.

 












Ya en la plaza encontramos el edificio que alojó en su tiempo los juzgados de la ciudad y hoy convertido en colegio público. También en esta plaza estuvo la popular panadería de Torreira y al inicio de la calle Pozuelo encontramos una de las Casa-palacio más importantes de Jerez, la del Virrey Laserna o Conde de los Andes, último virrey del Perú.

 






















Quien desea hacer un recorrido fotográfico por este palacio, puede hacerlo pinchando en el siguiente enlace:


Casa Palacio del Conde de los Andes


Antes de entrar en la Plaza del Arenal pasamos por la Pescadería Vieja, lugar con mucho encanto y tipismo donde se encuentra el popular bar Juanito y la no memos popular pescadería de Sayago, así como otros locales gastronomicos.

 












8/. Y la Plaza del Arenal…

 

El centro neurálgico de la ciudad de Jerez, el lugar de encuentro histórico. La Plaza Mayor de Jerez, que pese a que perdió parte de su encanto tras la remodelación realizada para la construcción de un aparcamiento, mantiene parte de su encantador palmeral (Phoenix datilifera) al que se han incorporado laureles de India (Ficus microcarpa) y donde deberían existir mayores espacios cubiertos de arbustos y de flores de temporada que la embellecieran aún más y compensara el exceso de terrazas y mesas de los muchos bares que cubren casi todo el espacio sin orden ni concierto y sin la más mínima idea estética y decorativa.










Ocupando el centro de la misma se haya una fuente con la estatua ecuestre del general Miguel Primo de Rivera, ilustre jerezano en cuyo honor, como pacificador de Marruecos, se erigió este monumento en 1.929 por suscripción popular. La obra escultórica es de Mariano Benlliure. Al respecto creemos que debe cuidarse mejor los escasos arbustos que rodean la fuente y controlarse la invasión de palomas que todo lo ensucian.

 















Recientemente se han instalado una iluminación singular en el llamado edificio de los Arcos, que debería ser menos colorista y más acorde con la tonalidad clásica y el tono cálido de la piedra de la que esta construida casi toda la ciudad de Jerez, la preciosa piedra arenisca de las canteras de san Cristobal.            

 




 








Ponemos fin a nuestro recorrido por la zona soñando en ver este espacio convertido pronto en el eje peatonal básico de nuestra querida ciudad. Unas calles para el paseo, para el disfrute de nuestros visitantes y turistas, para contemplar el maravilloso patrimonio que le rodea, recuperar la Alameda Vieja para todos, para respirar el aire puro que dan sus árboles y para seguir oliendo el riquísimo aroma de los que son “los mejores vinos del mundo”.  

domingo, 28 de marzo de 2021

Sendero del río Guadalete, del puente de La Greduela a la Ermita de La Ina

 

Martes 23 de febrero, íbamos a aprovechar para hacer otro de los tramos del  sendero del Guadalete. Nos desplazamos hasta la Venta de las Carretas, y nos situamos en el puente que cruza el río y da paso a la Greduela. Desde esa posición, se veía el tranquilo discurrir de las aguas, así como la escasez de cauce, muy lejos de las inundaciones de años atrás, en los que las crecidas llegaban hasta el puente. 













La parte izquierda estaba ocupada por carteles y operarios, que estaban en faena de desbroce, en uno de los márgenes del río. 





En ambas orillas, se reflejaban alineaciones de jóvenes álamos blancos, con tarajes al fondo, y en segundo término, grandes ejemplares de eucaliptos, formando conjuntos pictóricos, realzados por los colgantes amentos, que parecen haber sido perfectamente colocados como adornos en los árboles de Navidad, suspendidos en las ramas de los ejemplares adultos.

Alamos blancos (Populus alba)

Amentos de los álamos blancos


 
















Para fotografiarlos de cerca, cruzamos el puente, y anduvimos unos metros, ofreciendo la disposición de las copas, con los rayos solares intentando atravesar esas flores sin pétalos, la sensación de estar lloviendo chuzos de punta, habiendo quedado suspendidos en el aire a velocidad ralentizada, formando figuras alineadas colgantes de las ramas desnudas de hojas. 




 












Regresamos al puente, bajamos por el lateral e iniciamos el recorrido junto al cauce del río. En esta zona, aparte de recoger la broza, también habían hecho limpieza de arboleda, formando en el suelo montones de ramas y troncos recortados, a la espera de ser recogidos. 






La arboleda predominante era de eucaliptos y álamos, siendo la mayoría de estos últimos de pequeño calibre y poco agraciados sus troncos, al menos en esta primera parte del recorrido. Los eucaliptos llevan más tiempo junto al río, habiendo tomado los ejemplares una altitud considerable. 














De los tocones, bordeados de hojarasca, comenzaban a brotar nuevas hojas, de color marrón rojizo, resaltando con el reflejo de los rayos solares, sobre los trifolium verdes que los rodeaban. 

















Conforme avanzábamos, la vegetación junto al río se hacía más espesa, formando una maraña que obstaculizaba nuestro paso. Tuvimos que continuar subiendo una loma, por un camino pegado a la alambrada de una finca contigua. La densa hierba estaba adornada por los pétalos amarillos de las Oxalis pes-caprae, que cubrían tanto los bardos como los laterales del sendero junto con las malvas aún sin florecer. 


Oxalis pes-caprae



















Oxalis pes-caprae

Continuamos progresando por este espacio, donde se apreciaban las huellas de vehículos, casi tapadas por la hierba, acompañándonos por la derecha algunas hileras de álamos blancos, que en ocasiones nos encontrábamos con ejemplares de buen tamaño, con los troncos cubiertos de plantas trepadoras, como la Smilax aspera, dando la sensación de que estaban desfilando en un desfile estacional. Algunos estaban arropados en temporada de invierno, como enfundados en grandes abrigos de hojas verdes, mientras que otros llevaban el traje más holgado y vaporoso, con las lianas colgando desde sus ramas más altas, hasta el suelo.






































De vez en cuando se abría algún claro a lo lejos, y podíamos divisar el río. Pero el resto del recorrido, la vista era ocupada por una masa de arbustos, mezclados con eucaliptos y álamos, entre los que habían carrizos, tamarix, las espinosas zarzas o las blandas hojas de las cicutas a punto de florecer.
















Los eucaliptos sobresalían con autoridad sobre este mini bosque que ronda el Guadalete, jugando sus altas ramas con los reflejos solares que se escondían tras ellas.















Desviando la mirada hacia el río, daba la sensación de estar flotando en un mar de nubes vegetales, de múltiples tonos verdosos, entre las que emergían los blanquecinos ramales de los álamos, con las capas adheridas de amarillentos líquenes.














Llegamos hasta la altura de la Ermita de La Ina, como fin de recorrido, desde donde apenas podíamos divisar parte de su pequeña torre, por lo tupido del paisaje. Hacía una semana, estuvimos en la orilla opuesta, visitando los alrededores de esta ermita de Ntra. Sra. de la Victoria de Aina, que data del siglo XIV, y que fue levantada en memoria de una gran gesta histórica en 1339, en esta zona.













La entrada a la ermita está adornada por una fila de palmeras washingtonias, situadas junto a una alambrada, que separa un campo de cultivo de naranjos. 













El recinto de acceso, tiene varios bancos de piedra, y parterres con arbustos de pittosporum, entre otros, con algún pino que provee de sombra a esa zona de descanso. Delante de la ermita hay un pozo de paredes blancas, como las de la capilla. Nos asomamos al rio, pero el terreno estaba blando y peligroso, además de mucha vegetación, y optamos por quedarnos arriba para evitar cualquier percance.

 














Si nuestro visitante desea hacer un recorrido fotográfico por esta ermita de gran valor tanto histórico como artístico, pinchar en el siguiente enlace:


Ermita de La Ina


Por último reseñar que este tramo del sendero del río Guadalete, es el tramo final contemplado en el proyecto presentado por Ecologistas en Acción, a cuya propuesta se ha adherido nuestra asociación.

Quien quiera conocer este proyecto solo tiene que pinchar en el enlace siguiente:

Sendero del Guadalete