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sábado, 2 de abril de 2016

203ª- LA HIGUERA GIGANTE QUE VINO DE AUSTRALIA


AUTORA:   Rosa Cintas 

Mujer, madre, caminante de senderos espirituales, buscadora de árboles, le gusta el silencio y el infinito del mar.

Escritora, bióloga, con experiencia en educación ambiental.
Vive con su familia en Sevilla (España).
Algunas de sus obras en editorial Sieteolas.
Contacto: rosalitoral@gmail.com
Extraído del blogg:
La higuera gigante que vino de Australia

La mayoría de los árboles ornamentales nos agradan por sus cualidades estéticas


Solemos admirar la forma, el tamaño, el color y textura de copa, flores, hojas y tronco, el aroma de las flores o la buena sombra que brindan. Sin embargo, unas pocas especies poseen un atributo de otra índole, menos frecuente, que valoro especialmente:

La capacidad de conmovernos. 
Son aquellos que poseen una presencia tan notable que inspiran sobrecogimiento, que de algún modo nos tocan el alma. Uno de estos árboles es la higuera australiana o higuera de Bahía Moreton (Ficus macrophylla), una higuera gigante tropical que crece bien en Sevilla y engrandece con su carácter monumental el atractivo vegetal de esta ciudad.


La higuera australiana posee rasgos de la exuberante vegetación tropical: es siempre-verde; de gran tamaño (de 15-20 metros de altura en Sevilla y hasta 50 m. en su región de origen); porte corpulento; copa densa y expansiva; hojas grandes verde oscuro brillante; y tronco fuerte y grueso, del que emergen unas vistosas y sorprendentes raíces tabulares.
Entre los árboles urbanos, llama la atención por la sensación de fuerza y poder de la naturaleza que transmite.
Es una especie nativa de la costa oeste de Australia y de la isla de Lord Howe (Mar de Tasmania). Una de las zonas de Australia donde más abunda es la Bahía de Moreton, en Queensland, por esa razón es conocida como higuera de Bahía Moreton. También se le llama ficus australiano, banyan o baniano australiano y en el lenguaje popular, simplemente ficus.
Comparado con los árboles nativos de la región mediterránea, es un árbol de dimensión gigante por altura y frondosidad. Pero lo que le otorga el aire monumental es el entramado leñoso formado por el grueso tronco y las diversas raíces: las  aéreas que cuelgan de las ramas, las tabulares que nacen del tronco y las superficiales que se extienden sobre la tierra.  Es un árbol de raíces.
Las raíces aéreas son propias de las higueras tipo baniano. Este tipo de árboles dispersa sus semillas por medio de las aves, que las depositan en la copa de los árboles, donde germinan con menos competencia por la luz que en tierra. Cuando crece, al principio como epifita, echa raíces aéreas hasta alcanzar el suelo. Con el tiempo, envuelve al árbol huésped y puede causarle la muerte, por esto se les llama también árboles “estranguladores”. El auténtico banyan o baniano (Ficus benghalensis) suele emitir muchísimas raíces aéreas y ocupar extensiones enormes; son “árboles columnares”.
En el Jardín Botánico de Howrah, cerca de Calcuta, hay un baniano de 250 años, conocido como “Great Banyan” cuya circunferencia mide medio kilómetro y tiene cerca de 3000 raíces aéreas.







Gran baniano de Calcuta, India.
 Foto: Biswarup Ganguly.






Las espectaculares raíces tabulares de esta higuera, que parten del tronco, le dan al árbol un aspecto muy sólido pues recuerdan a las columnas de las catedrales góticas. Su función parece ser diversa: anclar el árbol en los suelos húmedos y poco profundos de la selva; dar soporte al árbol; disminuir el vaivén del follaje frente a los vientos huracanados tropicales; o recoger nutrientes de los restos caídos del árbol en los rincones que las mismas raíces crean. Por otra parte, las raíces superficiales en su búsqueda de agua se extienden como una red, aunque contribuyen también al soporte del inmenso árbol. El sistema radicular complejo de este ficus es fuerte y dinámico, muy útil en el bosque tropical, pero como árbol ornamental puede ocasionar problemas en edificaciones y pavimentos, por lo que conviene plantarlo en espacios anchos y abiertos, no cerca de edificios ni acerado.
La higuera de Bahía Moreton presenta otras peculiaridades características del género Ficus, al que pertenece. Es un género de gran éxito en la naturaleza pues comprende alrededor de 1000 especies de plantas, repartidas por las regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo. Lo más destacable es su fruto, conocido como higo. En realidad, se trata de un receptáculo carnoso llamado sicono que contiene en su interior multitud de pequeños frutos. La fecundación de estos frutos es un fenómeno apasionante de la biología pues se realiza a través de un eficaz mutualismo entre estos gigantescos árboles y unas diminutas avispas polinizadoras. Cada especie de ficus o higuera es polinizada por una especie de avispa y cada especie de avispa solamente puede reproducirse dentro de una especie de higuera; la higuera australiana es polinizada por la avispa Pleistodontes froggatti.
Entre los árboles llamados higueras, hay especies muy conocidas y de gran valor comercial y cultural. La higuera común (Ficus carica), originaria del Mediterráneo y oeste de Asia, ha sido cultivada desde tiempo inmemorial por sus higos y brevas, los únicos sabrosos, y forma parte de la cultura iconográfica occidental. La higuera sagrada o higuera de las pagodas (Ficus religiosa), natural de India, Nepal y China, es venerada por budistas, hinduistas y jainistas, y según la tradición bajo una de ellas Buda alcanzó la iluminación. El banyan o baniano (Ficus benghalensis), procedente de India y Bangladesh, también es venerado como árbol sagrado en India y es muy apreciado por la sombra que proporciona su muy extensa copa. El sicomoro (Ficus sycomorus), de África central, fue muy estimado en el Antiguo Egipto; en la actualidad está extendido por África, plantado por su sombra y múltiples usos. La higuera australiana o de Bahía Moreton (Ficus macrophylla) es apreciada por los aborígenes australianos en su lugar de origen; es muy usada como ornamental en regiones de climas suaves, como el mediterráneo, pues aunque los frutos no son comestibles y la madera es blanda y quebradiza, su valor ornamental es muy alto.
Palabras para hablar de higueras.

En España, el vocablo “higuera” se usa para referirse a la higuera común (Ficus carica), cultivada y espontánea en nuestra latitud, cuyos frutos (higos o brevas, según el tiempo de maduración) consumimos. El término “ficus” procede del latín y significa higo y también higuera; es el término científico que eligió Linneo para nombrar el género botánico al que pertenecen la higuera y otras 1000 especies relacionadas. Para evitar la confusión con la higuera común, a las especies ornamentales de origen tropical se les llaman “ficus” y así lo ha aceptado la Real Academia Española: “planta de clima subtropical, de porte arbóreo o arbustivo, con hojas grandes, lanceoladas y de haz brillante”.  Expresiones como “higuera australiana” (Australian fig) o “higuera de Bahía Moreton” (Moreton Bay fig) son traducciones de otras lenguas que han sido introducidas con el comercio de especies ornamentales y no son todavía de dominio común.
El termino “baniano” procede del término inglés banyan. Los primeros viajeros europeos en India observaron que la sombra del árbol Ficus benghalensis era frecuentada por “banias” (como se denomina a los mercaderes en India). De hecho, esta especie ha sido usada desde antiguo para dar sombra en enclaves de descanso de las rutas comerciales; en las aldeas y pueblos, bajo su sombra se llevan a cabo muchas de las actividades de la comunidad. Los escritores ingleses comenzaron a hablar del árbol banyan, el árbol bajo el cual los mercaderes hindúes hacían sus tratos comerciales. Con el andar del tiempo, “banyan” llegó a convertirse en el nombre del árbol mismo. En la literatura botánica en español a veces se encuentra el término original inglés “banyan” y otras veces la forma castellanizada “baniano”. Aunque la Real Academia Española solo acepta “baniano”, con el significado de “comerciante de la India, por lo común sin residencia fija”.
En otro sentido, la higuera australiana aparece erróneamente identificada como árbol de las lianas (Coussapoa dealbata) en diversas fuentes documentales relativas a árboles de Sevilla. En este caso es un error de identificación, no de denominación. Posiblemente el parecido del árbol de las lianas con una subespecie de higuera australiana, la subespeciecolumnaris, nativa de la isla de Lord Howe, que se caracteriza por la emisión de numerosas raíces aéreas y que a veces se cultiva en jardines haya inducido a la equivocación.
Las higueras monumentales en Sevilla

Apenas hay testimonios escritos que documenten la implantación de esta higuera tropical en Sevilla. No obstante, ha sido un acierto, pues el clima le viene bien y hoy en día existen magníficos ejemplares repartidos por varios puntos del entorno histórico. En el Parque de María Luisa, los Jardines de Murillo, la avenida María Luisa, la calle Palos de la Frontera, la plaza de San Pedro y la Plaza del Museo, entre otros, puede disfrutarse de estos árboles. De hecho, algunos situados en plena ruta turística, se han convertido en escenario obligado de fotos y “selfies”.


El vigoroso crecimiento y su enorme tamaño parecerían indicar que son árboles muy viejos, sin embargo, por las fechas en que se ajardinaron los Jardines de Murillo o la plaza de San Pedro, estos majestuosos ejemplares debieron ser plantados en los años veinte del siglo pasado; es decir apenas son centenarios. Como árbol urbano, la madera quebradiza es débil frente a los vientos y con frecuencia se producen desgarros de ramas grandes, por lo que hacen necesarios las podas.
Tengo la suerte de vivir en el centro histórico de Sevilla, rodeada de higueras monumentales. Paso a diario junto a algunas de ellas. Las saludo, las miro con mimosa atención, me expongo a su influencia, me dejo tocar el alma. Recientemente guié a un grupo de personas en un paseo arbóreo por el Parque de María Luisa, en el marco de la celebración de los Jane’s Walks Sevilla, y tuve ocasión de confirmar la facilidad de estas higueras para conectar con personas receptivas a los árboles. Cuando nos colocamos alrededor del tronco y cada participante se acopló en un hueco entre dos raíces tabulares, hubo un encuentro con el árbol de una manera profunda y orgánica, como si fuéramos seres silvestres felices en el acogedor retiro del árbol magnánimo.


Foto: Salas Mendoza Muro
Las higueras gigantes que vinieron de Australia son árboles cultivados que conservan algo salvaje. Poseen tal energía y fuerza que nos sustraen de nuestra realidad moderna y nos conectan a los arrullos primordiales de la selva, aquellos que solíamos escuchar en el silencio profundo cuando conversábamos con los árboles.
Escrito por Rosa, jueves 29 de mayo de 2014.

Hasta aquí. 
Nos gustó del blogg
                           Arboles escondidos

Y ahora nuestro granito de arena para Jerez de los Árboles.

Un  Ficus

(Creemos que el mas emblemático de Jerez)
y sumamente entrañable.







En los Antiguos Jardines de Domecq
Hoy Bodegas Fundador

FIN DE ESTA ENTRADA

Próxima entrada:

La Ruta de los Ficus en el

ZooBotánico del Jerez de los Árboles


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