Desde este bonito y único rincón se quiere divulgar al mundo entero que Jerez además del patrimonio multi-cultural , turístico ó festivo conocido por casi todos, tiene un patrimonio arbóreo por desgracia desconocido para la mayoría de los ciudadanos de nuestra ciudad.
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lunes, 30 de marzo de 2020

Jardín del Palacio Orleans-Borbón. Sanlucar

Una de las visitas recomendables para hacer en nuestra zona es a los jardines del Palacio Orleans-Borbón en Sanlucar de Barrameda, actualmente sede del Ayuntamiento de la ciudad. Nuestro grupo de amigos las ha llevado a cabo en diferentes estaciones del año y para los amantes de la naturaleza es algo que no deben dejar de hacer.

Horario: de lunes a viernes de 10 a 13 horas.

A continuación publicamos una crónica de las dos últimas visitas que hemos efectuados a tan bonito lugar.



VISITAS AL PALACIO DE ORLEANS Y BORBON (2-10-18 Y 10-3-20) El Palacio de Orleans y Borbón fue construido entre
los años 1852 y 1876, en la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, como residencia de verano por Antonio de Orleans y María
Luisa Fernanda de Borbón, a la sazón Infantes de España
y Duques de Montpensier. Forma parte del Conjunto
histórico-artístico y de la Ciudad-convento de Sanlúcar
de Barrameda.



El edificio constituyó un proyecto personal del duque,
que reunió en el conjunto del palacio una selección de
elementos procedentes de la arquitectura oriental,
hispano-musulmana y mudéjar y que a su vez recibe
influencia francesa y clásica, todo ello en el ámbito de los gustos del siglo XIX. Fue habitado hasta 1955 por la familia de Orleans y Borbón, y fue vendido en 1971 para proceder a su demolición. A partir de 1979 el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda inició los trámites para su adquisición y recuperación. Actualmente es la sede del ayuntamiento de esta ciudad.






En la entrada principal, antes de pasar a los jardines interiores, varios ejemplares de Ficus microcarpa, uno de ellos de 1903, y como curiosidades una Palmera de Cola de Pez (Caryota urens), y otra Palmera bambú (Chamaedorea erumpens). También la colorida Acalypha wilkesiana.

Pasamos al interior de los jardines. El jardín del Palacio, fue diseñado por el jardinero francés Lecolant, que estuvo trabajando para Antonio de Orleáns en el jardín de su Palacio sevillano de San Telmo. Se trataría originalmente de un jardín de estilo inglés.

Estos jardines los hemos visitado en varias ocasiones, a lo largo de los últimos años, pero no habíamos tenido la oportunidad de hacerlo con un experto de la talla de Javier Fernández de Bobadilla. Contamos también con la complicidad de Antonio, jardinero encargado del mantenimiento y cuidados de este enclave. Vamos a unir dos visitas en una. Primero en Octubre de 2018 y la última en Marzo de 2020. Antes de comenzar, destacar los Ficus elástica, con hojas grandes y pequeñas, y la gran cantidad de Laureles (Laurus nobilis), que hay esparcidos por diferentes lugares. 

Iniciamos el recorrido por el Jardín de la Alberca, detallado con tono amarillo en el plano indicativo. Fuente central: Paragüita (Cyperus alternifolius), Gazania (flores amarillas), conjunto de transparentes (Mioporum laetum), un pequeño Pittosporum undulatum de frutos naranjas, Viburnum opulus (de hojas grandes, florece de Abr-Jun, y sus flores son como bolas de nieve), evónimos de hojas como los mirtos Euonymus japonicus “microphyllus pulchellus”, Arbol de las mariposas (Buddleja davidii), Iresine herbstii (hojas rojas), y la invasora Gaura lindheimeri (flores rosas y blancas), entre otras.


















Pasamos al lateral derecho, donde hay que destacar el colorido de las flores de la Bauhinia tomentosa, con pétalos amarillos y la parte central oscura. La acompañan en esa zona la Strelitzia nicolai, Hibiscus de flores rosas y blancas (mutaciones), Yucca recurvifolia, Strelitzia reginae, majuelos (Crataegus monogyna), ciclamores (Cercis siliquastrum), además de otras especies.










Nos vamos hacia el paseo central, donde hay un cartel resumen, en forma de plano y comenzamos por el Paseo de los Naranjos, donde a ambos lados del pequeño sendero nos vamos encontrando.... Tradescantia pallida, Malvaviscus arboreus mexicanus, Altea (Hibiscus syriacus), más Acalifas, Mandarinos pequeños (Citrus reticulata) con los chupones muy espinados.
Caesalpinia gilliesii,
comúnmente llamada barba de chivo, la Dama de noche (Cestrum nocturnum), Chorizias, con pequeños brotes alrededor, Jazmín amarillo (Jasminum meznyi), Zamia furfuracea, Metrosidero excelsa, Júpiter (Lagerstroemia indica), Lirios (Iris germánica),  Morus alba “péndula”. En esta visita de Marzo, tuvimos la suerte de ver florecida la Flor de Lis (Sprekelia formosana), con sus pétalos abiertos del color rojo intenso.
















A la izquierda, un pasaje arcado de Ciclamores, que termina en una puerta de salida del recinto.Siguiendo por el paseo anterior, a uno y otro lado, llegamos al Sendero de los Dragos, y vemos nuevas especies de árboles, arbustos y plantas. Ficus benjamina, Plumbago auriculata, Elaeagnus pungens, Brachychito divertifolia, enormes dragos (Dracaena draco) que protagonizan una zona de especies canarias, como la Kleinia neriifolia (pendiente saber si es esta variedad), Homalocladium platycladum, etc.










Otra pequeña rotonda, la nº 3 desde el comienzo, donde hay un Acebuche llorón. Algunas cactáceas de flores rosadas, como la Selenicereus grandiflorus, y un conjunto arbustivo de Ruscus aculeatus.



Bajamos las escaleras, donde una pared lateral es utilizada como cementerio de pequeños animales, con sus lápidas grabadas, donde hay perros, gatos y loros. El último es de 2020.



Tenemos en una esquina un curioso Aguacate, donde todos los frutos son muy pequeños, excepto uno de proporciones normales. Parthenocissus tricuspidata y quinquefolia, Passiflora coerulea, Solandra máxima. Un gran Pinus canariensis, que en nuestra visita de marzo de 2020 había caído, y solo quedaba el tocón. Feijoa sellowiana, plumbagos y buganvillas, Dondiego de noche o Maravilla del Perú (Mirabilis jalapa).


















Continuamos por el lateral izquierdo, pegado al muro, donde siguen desarrollándose variadas especies. Bignonia naranja, Berberis thunbergii atropurpurea, Coprosma repens?(también llamado brillantísima o planta espejo), Senecio petasitis, Ficus gigantes de tres troncos entre una gran loma de Vincas difformis y Hiedras comunes.










Alcanzamos un pequeño lugar de relax, con bancos de piedra y azulejos, sobre el que destaca un gran Pittosporum undulatum, y desde donde podemos ver El Convento de la Merced, que se encuentra al lado del Palacio de Orleáns y Borbón, en la Cuesta de Belén. Es de estilo protobarroco, de sentido manierista, y fue construido en el siglo XVII por el arquitecto Alonso de Valdelvira. En la actualidad es sede del Auditorio.










Subimos hacia la Glorieta de las Infantitas, donde hay un magnífico ejemplar de Podocarpus macrophyllus. Rodeando el costurero de orfebrería, un abundante arbusto que ocupa una extensión importante, y que en nuestra visita de 2018 nuestros expertos no pudieron identificar con exactitud. El 10 de marzo de 2020, nos acompañó Antonio el jardinero del palacio, y tampoco sabía el nombre del mismo. Javier se atrevió a identificarlo como Achatocarpus praecox var. bicornutus, pero después de estudiarlo más detenidamente, tiene sus dudas. Esperaremos a su floración, a ver si conseguimos catalogarlo correctamente. 


También nos hizo Antonio observación sobre otra planta, cuyo nombre no recordaba Javier. Consultamos con otro compañero, y telefónicamente nos indicó que se trataba de la Crinum powelii, que recordaba de la vez anterior.

Desde allí podíamos observar, aún cubierto de flores, un altísimo Palo borracho, que en esa fecha de Octubre, engalanaba los jardines con sus tonos rosados. Por los alrededores de la Chorizia, las zonas ajardinadas nos iban enseñando nuevas especies, como la Rhapis excelsa, también llamada palmerita china, o palma bambú. Grupo de Strelitzias junto a los balcones del palacio; Bambús, que para plantarlos hay que meter de base entre 40 y 50 cm. Otra planta curiosa, la Epiphyllum, Pluma de Santa Teresa, junto a otras crasas y cactáceas.






 




Antes de terminar la visita, pasamos junto a unas grandes plataneras, sobre cuyos troncos hay colocadas una serie de lápidas antiguas de diferentes grosores, donde aún pueden leerse los nombres de los personajes que estuvieron allí enterrados.




Tras brindar por la excelente compañía, agradecimos a Antonio su atención y regresamos hacia la entrada, 

momento en el que aprovechamos para fotografiar la Flor de lis, que amablemente nos enseñó el experto jardinero.  




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