Desde este bonito y único rincón se quiere divulgar al mundo entero que Jerez además del patrimonio multi-cultural , turístico ó festivo conocido por casi todos, tiene un patrimonio arbóreo por desgracia desconocido para la mayoría de los ciudadanos de nuestra ciudad.
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jueves, 28 de mayo de 2020

Jardín Botánico "EL CASTILLEJO". El Bosque.

El Jardín Botánico "EL CASTILLEJO" está ubicado en la localidad serrana de El Bosque y dentro del Parque Natural de la SIERRA DE GRAZALEMA. Pertenece a la red de jardines botánicos dependientes administrativamente de la Junta de Andalucía.

Los miembros de esta asociación AMIGOS DEL JEREZ DE LOS ARBOLES hemos visitado en repetidas ocasiones este interesante espacio natural, no solamente por su belleza sino además, porque es un lugar de aprendizaje sobre la flora de ese territorio que todos los amantes de la naturaleza de nuestra provincia deben conocer, la SIERRA DE GRAZALEMA, y si hay que destacar alguna especie botánica en especial, sin duda es el Pinsapo (Abies pinsapo), que es un especie de abeto que solo encontraremos en esta sierra, y las sierras de LAS NIEVES y BERMEJA en la provincia de Málaga.

A continuación publicamos la crónica de nuestra última visita a este jardín botánico que tuvo lugar en el mes de abril del año pasado.


El día amaneció espléndido, y vaticinaba bastante calor a mediodía. La programación se hizo hacia la zona de El Bosque, concretamente al Jardín botánico el Castillejo. 


Ya en carretera, tomamos camino de Arcos, para continuar hacia el Bosque, subiendo hasta el aparcamiento del jardín botánico, donde llegamos sobre las 11 de la mañana.







Iniciamos nuestra andadura por las diferentes secciones del Castillejo. La parte izquierda, donde están las oficinas, está dedicada al Acebuchal y tiene variadas macetas, bonsais y distintas especies. Buscamos una maceta de trébol de 4 hojas que vimos la vez anterior, pero no la localizamos. El olivo silvestre forma masas boscosas junto a otras especies como lentiscos, rosales silvestres y mirtos. Tiene un alto valor ecológico como refugio y zona de alimentación de numerosas aves. Entre sus aprovechamientos destacan el ramoneo y el consumo del fruto (la acebuchina) por parte del ganado, la leña y el carbono. 

 


La sección derecha, con el número 2, se
denomina el Alcornocal. Es un árbol asentado sobre terrenos de carácter ácido (poco
abundantes en el Sector Rondeño), desplazan de estos enclaves a la encina cuando aumentan las condiciones de humedad. El sotobosque está formado por numerosas especies de jaras y brezos, mirtos y madroños. Entre árboles,
plantas y flores silvestres, encontramos mucha variedad, como cantuesos, junquillo azul,
coronilla juncea, 
scrophularia viciosoi, 





phlomis, etc.






Seguimos avanzando y pasamos al sector 3, dedicado a la Dehesa, que corresponde a la transformación en cultivos o en zonas de pastoreo de antiguos encinares y quejigares. Encinas, quejigos, acebuches y algarrobos dispersos, junto a arbustos como lentiscos, matagallos, torviscos y palmitos componen el paisaje.


Nosotros íbamos a nuestro libre albedrío, sin seguir la ruta aconsejada en el plano. Las cámaras de los fotógrafos marcaban el sendero a seguir, en función de lo atractivo del paisaje. No obstante, voy a ir señalando la ruta planistica, para seguir un orden lógico. Contigua a la Dehesa, a la derecha del camino, está la zona 4, que es el Encinar Termo Mediterráneo, que engloba en una pequeña sección, con el número 5, la Vegetación Dolomítica


El Encinar es la formación vegetal más representativa y que ocupa mayor extensión. Su total adaptación a las características del clima mediterráneo y su plasticidad le permiten incluso ocupar lugares con suelo mínimo como quebradas y laderas pedregosas. La montanera o alimentación de los cerdos con la bellota ha sido hasta hace poco, junto con la producción de carbón, el principal aprovechamiento del encinar. Pegada a esta sección, otra variedad, el Encinar Meso Mediterráneo, que da paso al Quejigar (núm. 7), donde encontramos dentro de una glorieta, un gran ejemplar, 
rodeado de bancos para disfrutar de su contemplación, y aprovechar para un alto en el camino. 





Esta glorieta, llamada Etnobotánica,  incluye diversos elementos de la época de carboneo y pastoreo, como El Chozo, refugio de pastores, que prácticamente pasaban desapercibidos. El Destilador, aparatos que destilaban aceites ricos en sustancias aromáticas, sacados de diferentes plantas. Otro apartado dedicado al Carboneo y un último a las Plantas Medicinales, usadas desde hace más de 3000 años. 






Los quejigos se encuentran en los lugares más húmedos y abrigados (vaguadas y cauces de ríos) donde se mezclan con las encinas o simplemente las desplazan. Se trata de árboles de hoja caduca que se acompañan de arbustos también de hoja caduca 

como majuelos y rosales silvestres. 









A continuación, la zona 8, deVegetación Ripícola, contigua a la 9 de Especies Amenazadas. 



En los ríos de caudal permanente se desarrolla una vegetación típica que se denomina “bosque de ribera”: fresnos, sauces y chopos siguen el cauce de los arroyos ya que alejados de éstos no podrían vivir. Junto a ellos zarzas, rosales, uncianas, componen una maraña que convierte el cauce del arroyo en un verdadero túnel verde. En esta zona se ha creado una colección de especies amenazadas y de interés del Sector Rondeño.



Este paseo sectorial, está lleno de variedades de flores y plantas, perfectamente señaladas en los cartelitos indicadores, diseminados a lo largo y ancho del jardín. El colorido de las especies, hacen de parada obligatoria a los fotógrafos, que buscan con el macro, resaltar lo que nuestra vista no alcanza a distinguir. Algunas muestras de las que vamos encontrando son por ejemplo la jarilla,


la serapias parviflora,
 


los frutos rojos del sanguino, 





las sonajas (Colutea hispánica), la genista cinerea, el ornithogalum o el carduus rivasgodayanus, con su cresta color púrpura. 



En una esquina, precedida por el rincón de los helechos, descubrimos el sector 10, la Vegetación Rupícola y de cumbres, 



que se desarrolla en las cúspides de las sierras, laderas pedregosas y grietas de las rocas. Presenta una serie de adaptaciones muy interesantes encaminadas a responder a la excesiva radiación solar, a la escasez de suelos y al viento. Las formas redondeadas, almohadilladas, muy pegadas al suelo y de aspecto blanquecino son las que predominan. 





En estas ecologías se desarrollan muchas de las especies más interesantes de este sector, como la Saxifraga biternata, la Hippocrepis tavira-mendozae, el Sarcocapnos baética, el Rupicapnos africana, el Centranthus nevandensis, o la Draba hispánica. 


Este serpenteado camino de piedras, nos va llevando a rincones húmedos, donde los líquenes se adosan a los troncos, y entre las rocas van fluyendo tímidos hilos de agua, que mantienen fresco el lugar, formando pequeños arroyos que reactivan el crecimiento de especies como el Chopo o el Sao. Fuera del humedal, y en zonas más cálidas, aparecen pequeños ejemplares de arces, como la variedad de montpellier, entre otros. 










Pasamos al sector 11, que delimita la parte opuesta a la entrada del jardín, y está en la zona alta, denominada El Pinsapar




Esta variedad tan especial en esta sierra, ocupa las laderas norte en ciertos enclaves de todo el sector. Durante las glaciaciones debió ocupar mayores superficies pero el aumento de las temperaturas lo ha relegado a los lugares más frescos y umbríos de las más elevadas sierras. 







El pinsapo se encuentra en peligro de extinción y, por lo tanto, protegido por la ley. La vegetación que acompaña al pinsapo no es muy abundante: se mezcla con quejigos, hierba ballestera, torvisco macho, hiedras, lirios y diversas especies de orquídeas.


Por último, el sector más septentrional, el núm. 12, de forma circular, que recoge la Vegetación Serpentinícola. Al sur de la provincia de Málaga aparecen afloramientos de rocas de origen plutónico llamadas peridotitas. Su degradación da lugar a serpentinas que originan un suelo no sólo poco fértil sino que resulta tóxico debido a la alta concentración de metales pesados. Un interesante grupo de especies se ha adaptado a vivir en estas condiciones extremas, entre las que encontramos el Allium roury, la Armeria colorata,
la Centaurea carratracensis, la Centaurea halenseleri, el Halimium atriplicifolium, o la Silene fernandezii. 
 


Tomamos nuevamente el camino del Pinsapar, para buscar la salida, disfrutando con el tacto de esas cabecitas de variados tonos verdes, protegidos por escamas ocres, que incipientes van saliendo de las ramas, alternando con otros ejemplares más esbeltos, cuyos ramificados dedos van abriéndose paso hacia las alturas. Abundancia de jaras diversas, destacando la jara pringosa,



con sus grandes flores blancas, sobre las que revoloteaban decenas de abejas, atraídas por la esencia de la planta. Un repaso a las variedades en el camino de ida, y plasmando alguna variedad que pasó de largo por algún despiste, como las amarillas flores de la Ononis speciosa, o la melilotus speciosus.
 




 Nos asomamos a otra glorieta que nos saltamos en la ida, en cuyo centro había un ejemplar de Acebo, con algunos frutos rojos.



A un lado carteles indicadores de flores y frutos que podíamos encontrar en el jardín, muy bien detallados por familias. 


Nos despedimos del personal de mantenimiento y quedamos para una próxima visita. 


Para ver el álbum completo pinchar en la foto siguiente



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