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sábado, 6 de abril de 2024

Excursión por el parque Natural de La Breña y Acantilados de Barbate. De los Caños de Meca a la Torre del Tajo. Febrero de 2024

 


El pasado día 6 de febrero, decidimos repetir el sendero desde los Caños de Meca a la Torre del Tajo, pero esta vez nos acompañaba nuestro querido profesor, para poder identificar las numerosas plantas que se encuentran a lo largo del camino.

Antes de comenzar el sendero, nos acercamos a la playa para tomar unas fotos matutinas del mar y del faro de Trafalgar, que a esa hora estaba acompañado de algunas nubes.














Iniciamos la primera media hora de ascenso, fijándonos en los pétalos rosados del Erodium laciniatum, que, en número de 5, destacaban entre el verde follaje. 

Erodium laciniatum

Ya hundiendo nuestras botas en las blandas arenas, rodeados de los Pinus pinea, sobre cuyas verdes acículas, emergían los pináculos marrones en floración. Nada más empezar, algunos pinos crecían a ras de suelo, inclinados por los fuertes vientos costeros, como grandes contorsionistas haciendo equilibrio con el tronco, ramas y copa. La grandeza de estos ejemplares, que se veían en la distancia, eran lo contrario de las minúsculas flores apostadas sobre la arena, como la Lobularia marítima, una inflorescencia de diminutas flores blancas de 4 pétalos, que cubren toda la planta como una bola, o la Dipcadi serotinum, inflorescencias tubulares-acampanadas, que varían en colorido desde amarillas amarronadas, hasta rojas anaranjadas o verdosas. Las plantas se suceden una tras otra, y nuestro experto no daba abasto para irnos señalando cada una.












Lobularia marítima












Dipcadi serotinum

Dipcadi serotinum





















Seguimos con el Senecio gallicus, inflorescencia de color amarillo dispuestas casi en corimbo, cada una con 13 lígulas; la Malcolmia littorea, planta perenne, leñosa en la base, hojas sin peciolo, pedicelo del fruto tan ancho como el fruto, de 4 pétalos color púrpura en la parte exterior y blanquecinos en la interior; grupos de Armeria pungens, con los capullos aún sin abrir; Las vistosas Halimium commutatum, con 5 pétalos de color amarillo pálido, y estambres anaranjados; algunas Linarias munbyana, de color amarillo con sus largos y característicos espolones.

Senecio gallicu







Malcolmia littorea


Armeria pungens


Armeria pungens









































Halimium commutatum














Linarias munbyana











Nuevas tomas del faro de Trafalgar, entre los huecos de los pinares, mientras íbamos ascendiendo hacia la parte más alta del sendero, sorteando las salientes raíces que se extendían a lo largo y ancho del camino, como grupos de serpientes de diferentes tamaños y formas, con las que hay que estar atentos para no tropezar y provocar alguna caída.



















Los frutos de los enebros (Juniperus oxycedrus subsp macrocarpa), de color rojo oscuro, maduraban protegidos por las aciculares y punzantes hojas verdes, que vamos encontrando dispersos a lo largo del arenoso camino.

Juniperus oxycedrus subsp macrocarpa

Juniperus oxycedrus subsp macrocarpa

Juniperus oxycedrus subsp macrocarpa











Antes del último repecho de ascensión, encontramos un grupo de Ruscus hypophyllum, aunque con el fruto aún verde, pero que más adelante ya destacaban con el vivo color rojo. 

 Ruscus hypophyllum

 Ruscus hypophyllum

 Ruscus hypophyllum











Pasamos el cartel de Pinares costeros, pintarrajeado por los vándalos de turno, que no respetan ni la naturaleza ni las señales, y subimos el último tramo con ayuda del pasamanos de madera, accediendo al camino más llano y conectando nuevamente con algunas plantas que ya habíamos visto anteriormente, como la Halimium commutatum o la Lobularia maritima, cruzándonos con los abundantes Pistacia lentiscus, cuajados de bayas rojas y negras. Nuestro profesor se desplazaba a ambos lados del sendero, buscando alguna variedad curiosa que mereciera la pena fotografiar y recoger alguna muestra, para poder analizarla más detenidamente al microscopio.



Pistacia lentiscus












Continuamos entre los pinares, buscando la sombra de las copas, pues el sol apretaba y ya nos sobraban los chaquetones del comienzo. La clásica Lavandula stoechas, con su artístico lazo rosado como moño, adornaba en grupo junto a los troncos de los pinos piñoneros. Una variedad de rumex, concretamente el Rumex bucephalophorus subsp gallica, agitaba sus delgados tallos, donde sus diminutas flores de color rojo, adquieren una forma singular, que puede semejar a una cabeza de búfalo, como su nombre griego indica, pero es impresionante verlas con macro, donde se pueden apreciar los detalles y formas de estambres, pistilo y estigmas.

Lavandula stoechas

Lavandula stoechas

Rumex bucephalophorus subsp gallica

Rumex bucephalophorus subsp gallica










































Pegadas y mezcladas con los finos granos de arena, los rojos tallos de la Paronychia argéntea var angustifolia, sostienen las flores blancas y hermafroditas, que parecen pequeñas y arrugadas envolturas de papel celofán, rodeadas de brácteas escarioso-plateadas. No podían faltar arbustos de romero (Rosmarinus officinalis), cuyas flores blancas y violetas, merece la pena verlas de cerca, pues se asemejan a pequeñas orquídeas.

Paronychia argéntea var angustifolia

Romero (Rosmarinus officinalis)




















Nos desplazamos en uno de los huecos hacia los acantilados, para fotografiar el golpeteo de las olas con las rocas, así como las vistas lejanas del faro y el contraste de la plateada alfombra de aguas marinas, con el mapa algodonoso blanco y gris, que formaban la densa capa de nubes.


















Avanzamos por nuestra andadura arenosa, y la percepción floral desde la distancia, parece que se repiten en el tono, pero para ello estaba nuestro profesor y sacarnos del error, pues al acercar el objetivo, la realidad supera la ficción. Hablamos por ejemplo de los rosados cinco pétalos emarginados de la Silene littorea subsp littorea, dispuestos alrededor del anillo blanco central; las inflorescencias en capítulos con múltiples lígulas amarillas de la Sonchus microcephalus, o los pétalos ovalados de un azul intenso de la Anagallis monelli, con 5 estambres de base púrpura y pubescencia amarilla.











Silene littorea subsp littorea











Sonchus microcephalus











Anagallis monelli











Vimos algunos Cistus salviifolius, la mayoría sin flores, aunque varios, esporádicamente, destacaban con alguna suelta, de blancos pétalos con base amarilla. 

Cistus salviifolius


Ya estábamos cerca del mirador de la Torre del Tajo, y nuestro experto divisó dos o tres miniaturas a ras de tierra, que tenían nombre propio y singular belleza. Comenzamos por la Romulea ramiflora subsp gaditana, con pétalos de color lila claro y la base blanco amarillenta, sobrepasando los estigmas a las anteras. Seguimos con otra pequeñita, que tiene flores de 5 pétalos rosados y anteras moradas, llamada Arenaria emarginata. Terminamos con otra parecida a las violetas, la Viola arborescens, largamente pedunculada, y flores color violeta pálido con estrías oscuras.

Romulea ramiflora subsp gaditana

Arenaria emarginata

Viola arborescens











El amarillo es un color abundante en flores con capítulos o lígulas, como en la Calendula suffruticosa subsp trialata, cuyo hábitat está en este tipo de terrenos arenosos y acantilados. 

Calendula suffruticosa subsp trialata

Calendula suffruticosa subsp trialata




















Antes de hacer el rengue y tomar una copa en el merendero de la Torre del Tajo, un par de plantas significativas cercanas a un grupo de Pinus pinea, prácticamente acostados a ras de tierra, que sobreviven en esa difícil postura provocada por los fuertes vientos. Primero la Cerastium glomeratum, con pequeñas flores aglomeradas en cimas compactas, de cinco pétalos blancos bilobados, estrechos y pelosos, con estambres de anteras amarillas; segundo la Thymelaea hirsuta, comúnmente llamada bufalaga, arbusto de tallos muy ramosos, hojas ovado-lanceoladas, algo carnosas, con inflorescencias amarillas y estambres de anteras también amarillas.











Cerastium glomeratum

Thymelaea hirsuta











Tras el rengue, una visita al mirador del acantilado, con sus aguas transparentes y cristalinas, que solo formaban espuma blanca al contacto con las rocas próximas a la base del mismo. las gaviotas surcaban el cielo de una parte a otra, dejándose llevar por la dirección del viento, mientras alguna lancha a motor o barquito velero, surcaba las tranquilas aguas.



















Iniciamos el camino de vuelta, repasando algunas plantas, flores, arbustos y arbolado visto a la ida, y fijándonos bien, pues siempre la vuelta tiene una perspectiva distinta, y algunas especies se han pasado de largo. Juniperus oxycedrus subsp macrocarpa y Lavandulas stoechas, nos llevaron hasta la Ruta angustifolia, planta perenne con inflorescencias en panículas, de 4 pétalos amarillos con flecos filamentosos en el margen, cercanas al Myrtus communis, arbusto siempre verde y aromático, de flores blancas unitarias y multitud de estambres amarillos. 

Juniperus oxycedrus subsp macrocarpa

Lavandulas stoechas

Ruta angustifolia




Myrtus communis

Myrtus communis






























Otra variedad, el Halimium halimifolium subsp halimifolium, de flores con 5 pétalos color amarillo oro, que tienen manchas oscuras en la base. Otra planta curiosa que se nos quedó pendiente a la ida, a la que llaman polvo de curry, ahora sin sus flores amarillas, cuyo nombre científico es Helicrysum serotinus subsp picardii; así como la Osyris lanceolata, arbusto en medio de ambos caminos, ahora surtido de frutos rojos y anaranjados.

Halimium halimifolium subsp halimifolium











Helicrysum serotinus subsp picardii

Osyris lanceolata











Escondida y llena de colorido, la Ophrys tenthredinifera realza su variedad de tonos que simulan a las abejas, siendo su parte central parecida a un casco de gladiador romano.

 Ophrys tenthredinifera

 Ophrys tenthredinifera





















Parecida a la vimos al principio, tenemos a la Malcolmia triloba, también de 4 pétalos de color rosado o violáceo. Es una planta anual, raramente perenne, normalmente no leñosas en la base con hojas basales pecioladas, fruto de 18-40 mm y pedicelos más estrechos que el fruto.

Malcolmia triloba

Más curiosidades botánicas que salpican y cubren los suelos arenosos, tenemos a la Fritillaria lusitanica, con forma acampanada y colgante, que tiene vistosos colores, que van del caoba y el violeta oscuro, al verde claro y amarillo, con franjas alternas de color. Fugazmente vimos un par de clavellinas de monte (Dianthus broteri), de color rosado, pentámeras y hermafroditas.

Fritillaria lusitanica











Dianthus broteri











El mundo botánico no deja de sorprendernos, tanto por la variedad como por las formas. Cabe como ejemplo la Sideritis arborescens subsp perez-larae, planta cuyo tallo florece en una especie de canastillas separadas a la misma distancia, que parecen nidos de pajarillos abriendo su pico demandando alimento. Las flores son de color blanco, y van en número de seis.

Sideritis arborescens subsp perez-larae

Sideritis arborescens subsp perez-larae

Ya íbamos llegando al tramo de descenso, donde afloran las raíces de los pinos, y había que tener cuidado de no tropezar o engancharse con ellas. Vistas al faro desde otras perspectivas y repaso a la flora que quedó pendiente de fotografiar en esta primera parte del sendero. La Ononis talaverae, planta arbustiva de tallos muy ramificados, con flores hermafroditas de estandarte glabro, amarillo, con venas purpúreas, siendo las alas y quilla también amarillas. Otra silene, las que se asemejan a hélices de barcos o aviones, aparecía apostada sobre la arena, con hojas lanceoladas verde oscuro, de cuyos tallos parten flores en monocasios, con 5 pétalos bífidos, que en realidad parecen diez, a veces rizados para el interior, de color rosa pálido a blanco, con estambres de anteras pardo oscuras, llamada Silene nicaeensis.







Ononis talaverae

Ononis talaverae











Silene nicaeensis

Silene nicaeensis

Silene nicaeensis











Vamos a terminar con la Arctotheca calendula, planta rastrera que crece en rosetas y envía estolones que pueden extenderse por el suelo rápidamente. Hojas cubiertas de pelos de lana blanca, y las flores son liguladas de color amarillo en su cara ventral, más intenso en la parte más cercana al centro de la flor, y con un tinte púrpura en la dorsal. Todas ellas extendidas a los pies del cartel indicador del Sendero El Acantilado.




Arctotheca calendula

Arctotheca calendula












Luego nos dirigimos al merendero de Majales del Sol para almorzar y echar un vistazo a la flora cercana, por si veíamos alguna especie interesante.



 

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