El pasado martes 13 de Octubre, nos dimos un paseo por la Laguna de torrox,
alternando nuestras pisadas entre el rojo asfalto y la pradera adyacente, para
inspeccionar el estado en que se encuentran los árboles plantados en las
diferentes campañas promovidas por Medio ambiente, tanto en el presente año
como en los anteriores. El resultado es del todo deprimente, desde las primeras plantaciones efectuadas hace 4 años hasta las más recientes.
La mayoría de los árboles plantados están secos, doblados o perdidos. El mantenimiento después de las plantaciones, deja mucho que desear, por no hablar de la actuación y ejecución de las mismas. Árboles de escaso calibre, sin tutores, abandonados a su suerte en medio de la pradera anexa a la Laguna.
Podemos hablar del cementerio de las grevilleas, en un espacio donde se han
concentrado decenas de ellas, y que a estas fechas no creemos que se salve
ninguna. Una verdadera pena. Esto es plantar por plantar, sin un objetivo de
mantenimiento.
Analizando árbol a árbol, seguramente no sobrevivirán más de la mitad.
¿Para qué plantar si luego no vamos a ayudarles a sobrevivir? Es mejor
plantar menos, pero con mayor calidad de vida. Llenar alcorques y espacios
verdes de árboles moribundos, no es una solución para mejorar el cambio
climático.
Hay que hacer un plan a medio y largo plazo, comprometido, y con estudios
previos de idoneidad de especies, dentro de una política medioambiental de
conservación y mantenimiento, perfectamente diseñada.
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